2006/01/31

Sobre el triunfo de Hamás

Gustavo D. Perednik reúne el contexto y las perspectivas en un imprescindible análisis donde tampoco falta el marco global:

El Islam, perfecto, aguarda el colapso de Occidente, pútrido, para hacerse cargo de las riendas del mundo y redimirlo. A la espera de ese apocalipsis, procede a distorsionar la realidad, que es bastante simple: cuando el islamismo se hace cargo no hay redención alguna, sino estancamiento, enseñanza del odio, postración, sacralización de la muerte.

Y no puede compararse con ningún segmento del cristianismo, ni del judaísmo, ni de ninguna otra religión, en las que no hay fracciones armadas que empuñen utopías totalitarias en aras de la hegemonía mundial. De hecho, el islamismo no se asemeja a cualesquiera movimientos religiosos, sino al nazifascismo o al comunismo.


Uno de esos artículos que hay que leer, releer y guardar.

Etiquetas: , , ,

2006/01/27

A Mozart en sus dos siglos y medio

Queridísimo Juan Crisóstomo Wolfgango Amadeo, ¡felicidades! O sea, felices nosotros por tenerte.

¿Y si una instancia superior hubiera hecho quemar tus partituras? ¿Borrar tu nombre de impresos y manuscritos? ¿Pasar tus escasos retratos por la máquina de picar?

Podría ocurrir, ¡pero aún no ha ocurrido! ¡Felicidades!

Habrás de saber, aunque seguro que ya lo sabes todo, que entre el otro aniversario, el de 1991, que también inundó el planeta de música tuya interpretada de todas las maneras imaginables –muy bien, bien, peché, mal, espantoso, de juzgado de guardia– y éste ha habido un gran acontecimiento en el mundo, a saber, la invención de la islamofobia. Tú, querido, no lo habrías tenido hoy tan fácil para estrenar El rapto en el serrallo. Sí, el bajá Selim resulta ser un gran tipo, pero ¿y su intendente Osmin? ¿Un musulmán, por muy turco que sea, empinando el codo hasta la curda total y dando vivas a Baco? Vivat Bacchus, Bacchus lebe, Bacchus war ein braver Mann.
¿Y jurando por las barbas del Profeta? Beim Barte des Propheten!
Imposible.

Para ti, Wolfgang, cuando faltaban todavía unos pocos años para que a alguien se le ocurriera poner por escrito los derechos del hombre, el libreto del Rapto era otra variante de la turquerie entonces en boga –como antes la chinoiserie, como después la japonaiserie–, y Osmin un personaje para hacer reír. Sí. Cómo no iba a hacer reír, en la Viena de 1782, un gordo con turbante que se pasma de que los ingleses permitan a sus mujeres hacer su voluntad, y que machaconamente repite la misma receta para todo el que le contraríe:

"Primero decapitados, luego colgados –Erst geköpft, dann gehangen,–, luego ensartados en estacas ardientes –dann gespiesst auf heisse Stangen,–, luego quemados, luego atados y ahogados –dann verbrannt, dann gebunden– y, por último, desollados –und getaucht; zulezt geschunden–."

Bien. Algunos pensamos que reírse de esas cosas sigue siendo lo más saludable. Otros no.

Hoy se representará el Rapto en Cagliari, Düsseldorf, Leipzig y Munich; pasado mañana en Dortmund; en abril en Helsinki; en mayo en Chicago, Madrid, Turín y Viena; en junio en Varsovia; en agosto en Salzburgo...
Y para marzo se anuncia en Beirut, y para abril en Casablanca.

Así que no todo está perdido. Vivat Bacchus!

Tu siempre devoto y agradecido
Martinito

2006/01/26

Los palestinos escogieron la barbarie

Muchos nos felicitamos, en medio del horror, de haber publicado la Carta de Hamás en el momento oportuno: cuando en la prensa europea, en las instituciones europeas, entre los políticos europeos, empieza una carrera en pelo para hacernos olvidar los autobuses sembrados de tripas reventadas, y sesos esparcidos, y miembros arrancados de cuajo. Hace tres días un turco escribidor en Londres afirmaba que Hamás, por el mero hecho de presentarse a las elecciones, ya “formaba parte del proceso democrático”, aunque no por ello era de esperar que dejase de “ejecutar algunas operaciones para influir en las elecciones israelíes de marzo”. Y añadía esta idea genial: “Tras los atentados suicidas en particular, y todos los atentados terroristas en general, yo he visto siempre a una entidad social que no puede expresar su existencia hablando, sino que intenta decir ‘Yo existo’ haciendo el ruido más estridente [highest pitch noise] que pueda. Si Hamás puede decir libremente ‘Yo existo’ en los canales de televisión, la contribución que haga a la lucha por la independencia de Palestina será más pacífica, constructiva y permanente”.
Lo de que existir sea salir en la tele ya lo conocíamos, pero el “Reviento tripas, luego existo” es una novedosa corrección a Descartes.
¿Será representativo este plumífero de cómo ven los turcos el terrorismo islamofascista? No lo sabemos.
Lo que sí sabemos es que Hamás sostiene, no sólo que hay que aniquilar a Israel, sino también reconquistar todo lo que algún día conquistaron las huestes mahometanas: lo dice la Carta bien clarito, léanla. ¿Y eso qué sería? Pues nada, una minucia: en Europa, la Península Ibérica; Sicilia; Cerdeña; Grecia y los Balcanes; Hungría y aledaños. Todo eso es tan waqf como Palestina, y a ver si de esta vez nos queremos enterar. ¿O creerá alguien que Mahoma nació en Gaza?
El hecho es que el islam terrorista, o sea el islam puro, el ortodoxo, el fetén, ha ganado unas elecciones que le dan un poder “legítimo”, lo que de algún modo legitima también su afición a reventar tripas y esparcir sesos. Razón más que suficiente para dejar de fomentar el experimento democrático entre los devotos de Alá.
Otra cosa: es evidente lo que esto significa para Israel, pero ¿qué va a significar para la población cristiana que todavía aguanta en territorio palestino?
Otra cosa: ¿pretenderán nuestros políticos reconocer a un estado gobernado por terroristas?
Y otra cosa: ¿servirá ahora nuestro dinero para financiar al islamofascismo que aspira a sojuzgarnos?
Pronto lo veremos; quizá antes de que la izquierda europea resuelva sus últimos escrúpulos y se convierta en masa al islam. ¡Con lo fácil que es!

Etiquetas: , , ,

2006/01/24

La Carta fundacional de Hamás

La organización terrorista Hamás se presenta a las elecciones legislativas de mañana en Palestina con la actitud que retrata esta entrevista de ABC a su capitoste Mahmud al-Zahar.
Si existe en la red una traducción al español de la Carta fundacional de Hamás, esto es, de su hasta ahora vigente declaración de principios, no hemos sido capaces de encontrarla. Así que pusimos manos a la obra, y ofrecemos a continuación el documento íntegro traducido literalmente de la versión oficial inglesa, que puede verse, junto con los inspiradores logotipos de la organización,
aquí.
El estilo de la Carta en inglés es tan malo como sus intenciones; esperamos que también en español se note. En las citas del Corán (C) damos la numeración de la edición española de Cortés, cuya versión sólo hemos utilizado en la medida en que fuera compatible con la fidelidad a las lecturas que da el propio documento.


[Para leer el documento o descargarlo e imprimirlo en formato pdf, clique aquí.]




Pacto del Movimiento de Resistencia Islámica (HAMAS) – Palestina


Palestina,
1 Muharram 1409 Hégira
18 de agosto de 1988

En el nombre de Alá, el Misericordioso

“Sois la mejor nación que jamás haya sido dada a la humanidad: ordenáis lo justo y prohibís lo injusto, y creéis en Alá. Y si los que han recibido las escrituras hubieran creído, les habría ido mejor: hay entre ellos creyentes, pero la mayoría son transgresores. Os dañarán, pero poco; y si os combaten, os volverán la espalda y no se les auxiliará. Han sido humillados dondequiera que se ha dado con ellos, excepto los protegidos por un pacto con Alá o por un pacto con los hombres. Han incurrido en la ira de Alá y se les ha señalado la miseria. Así sufrirán, por no haber creído en los signos de Alá y por haber matado a los profetas sin justificación; por haber desobedecido y violado la ley.” (C 3:109-111)

“Israel existirá y seguirá existiendo hasta que el islam lo aniquile, como antes aniquiló a otros.” (El Mártir, imán Hassan al-Banna, de venerada memoria)

“El mundo islámico está ardiendo. Cada uno de nosotros debe derramar algo de agua, por poca que sea, para extinguir lo que pueda sin esperar a los demás.” (Jeque Amjad al-Zahawi, de venerada memoria)

En el nombre de Alá, el Misericordioso

Introducción

Loado sea Alá, a quien acudimos en busca de ayuda, y de quien imploramos perdón, guía y apoyo; Alá bendiga al Profeta y le dé la salvación, y a sus compañeros y seguidores, y a quienes difundieron su mensaje y adoptaron sus leyes; plegarias perpetuas y salvación mientras subsistan la tierra y el cielo.

Oh Pueblo:

Del cerco de las tribulaciones y el mar de sufrimiento, de las palpitaciones de corazones fieles y brazos limpios; del sentido del deber y en respuesta al mandato de Alá, ha brotado la llamada que convoca al pueblo y le lleva a seguir los caminos de Alá, conduciéndole a tener resolución para desempeñar su cometido en la vida, vencer todos los obstáculos y superar las dificultades del camino. Se ha mantenido la preparación constante, como también la disposición a sacrificar por Alá la vida y cuanto existe de valioso.

Así se formó el núcleo (del movimiento) y comenzó a abrirse camino a través del tempestuoso mar de esperanzas y expectativas, de deseos y anhelos, de tribulaciones y obstáculos, de dolor y desafíos, tanto en el interior como en el exterior.

Cuando la idea hubo madurado, la semilla creció y la planta echó raíces en el suelo de la realidad, lejos de las emociones pasajeras y de la precipitación odiosa. El Movimiento de Resistencia Islámica surgió para llevar a cabo su cometido a través del esfuerzo por su Creador, entrelazados sus brazos con los de todos los combatientes por la liberación de Palestina. Los espíritus de sus combatientes se unen a los espíritus de todos los combatientes que han sacrificado sus vidas sobre el suelo de Palestina, desde que fuera conquistada por los compañeros del Profeta, que Alá le bendiga y le dé la salvación, y hasta el día de hoy.

Este Pacto del Movimiento de Resistencia Islámica (HAMAS) clarifica su imagen, revela su identidad, define su posición, explica sus objetivos, habla de sus esperanzas y exhorta a apoyarlo, adoptarlo y engrosar sus filas. Nuestra lucha contra los judíos es muy grande y muy seria. Exige todos los esfuerzos sinceros. Es un paso al que inevitablemente habrán de seguir otros. El Movimiento no es más que un escuadrón que debe ser apoyado por más y más escuadrones de este vasto mundo árabe e islámico, hasta que el enemigo sea vencido y se realice la victoria de Alá.

Los vemos, pues, perfilarse en el horizonte, “y ya os enterareis”. “Alá ha escrito: ¡Venceré, en verdad, yo y mis enviados! Alá es fuerte, poderoso”. (C 58:21)

“Di: Éste es mi camino: os llamo a Alá con pruebas evidentes, y los que me siguen también. ¡Gloria a Alá! Yo no soy de los asociadores.” (C 12:108)

Capítulo primero

Definición del movimiento

Puntos de partida ideológicos

Artículo 1) El Movimiento de Resistencia Islámica: El programa del Movimiento es el islam. De él extrae sus ideas, sus maneras de pensar y su comprensión del universo, de la vida y del hombre. A él remite el juicio en toda su conducta, y en él se inspira como guía de sus pasos.

Relación del Movimiento de Resistencia Islámica con el grupo Hermandad Musulmana:

Artículo 2) El Movimiento de Resistencia Islámica es uno de los brazos de la Hermandad Musulmana en Palestina. El Movimiento de la Hermandad Musulmana es una organización universal que constituye el mayor movimiento islámico de los tiempos modernos. Se caracteriza por su conocimiento profundo, su comprensión exacta y su adhesión completa a los conceptos islámicos de todos los aspectos de la vida, la cultura, el credo, la política, la economía, la educación, la sociedad, la justicia y el juicio, la difusión del islam, la educación, el arte, la información, la ciencia de lo oculto y la conversión al islam.

Estructura y formación

Artículo 3) La estructura básica del Movimiento de Resistencia Islámica está formada por musulmanes que han hecho entrega de su lealtad a Alá y le adoran sinceramente –“Yo no he creado a los genios y a los hombres sino para que me adoren”-, que conocen sus deberes para consigo mismos, sus familias y su país. En todo ello temen a Alá y alzan el estandarte de la Yihad frente a los opresores, a fin de liberar a la tierra y al pueblo de su impureza, su vileza y sus males.
“Pero opondremos la verdad a la vanidad, y la confundirá; vedlo, se disipará.” (C 21:18)

Artículo 4) El Movimiento de Resistencia Islámica acoge a todo musulmán que abrace su fe y su ideología, siga su programa, guarde sus secretos y quiera pertenecer a sus filas y cumplir con el deber. Alá ciertamente le dará su recompensa.

Extensión del Movimiento de Resistencia Islámica en el tiempo y el espacio:

Artículo 5) Extensión del Movimiento de Resistencia Islámica en el tiempo: Adoptando el islam como modo de vida, el Movimiento se remonta a la época del nacimiento del mensaje islámico, de los virtuosos antepasados, porque Alá es su meta, el Profeta es su ejemplo y el Corán es su constitución. Su extensión en el espacio alcanza a todo lugar del mundo donde haya musulmanes que abracen el islam como modo de vida. Por consiguiente, se extiende hasta las entrañas de la tierra y se eleva hasta el cielo.
“¿No has visto cómo propone Alá un símil, asemejando una buena palabra a un árbol bueno, cuya raíz está firme y cuyas ramas se elevan hasta el cielo, que da fruto en toda estación, por voluntad de su Señor? Alá propone símiles a los hombres, por ver si así se dejan amonestar.” (C 14:24-25)

Características e independencia:

Artículo 6) El Movimiento de Resistencia Islámica es un distinguido movimiento palestino, que entrega su lealtad a Alá, y cuyo modo de vida es el islam. Lucha por alzar el estandarte de Alá sobre cada pulgada de Palestina, pues bajo la protección del islam los seguidores de todas las religiones pueden coexistir con toda seguridad en lo que se refiere a sus vidas, posesiones y derechos. En ausencia del islam abunda la discordia, se extiende la opresión, prevalece el mal y estallan cismas y guerras.
Cuán excelente se mostró el poeta musulmán Mohamed Ikbal al escribir: “Si se pierde la fe, no hay seguridad y no hay vida para el que no se adhiere a la religión. El que acepta la vida sin religión ha tomado a la aniquilación por compañera de su vida”.

La universalidad del Movimiento de Resistencia Islámica:

Artículo 7) Dado que los musulmanes que se adhieren a los principios del Movimiento de Resistencia Islámica se despliegan por todo el mundo, recaban apoyo para él y sus posiciones, se afanan en potenciar su lucha, el Movimiento es universal. Está bien equipado para ello por la claridad de su ideología, la nobleza de su propósito y la altura de sus objetivos.
Sobre esa base debe ser contemplado y valorado el Movimiento, y reconocido su cometido. El que deniega su derecho, rehúye apoyarlo y cierra los ojos a los hechos, ya sea voluntaria o involuntariamente, despertará para ver que los acontecimientos se le han adelantado, y que ninguna lógica justifica su actitud. Ciertamente hay que aprender de los ejemplos del pasado. La injusticia del pariente próximo es más dura de soportar que el golpe de la espada india.
“Te hemos revelado la Escritura con la verdad, en confirmación y como custodia de lo que ya había de la Escritura. Decide, pues, entre ellos según lo que Alá ha revelado y no sigas sus pasiones, que te apartan de la verdad que has recibido. A cada uno os hemos dado una norma y una vía. Alá, si hubiera querido, habría hecho de vosotros una sola comunidad, pero quería probaros en lo que os dio. ¡Rivalizad, pues, en buenas obras! Todos vosotros volveréis a Alá. Ya os informará él de aquello en que discrepabais.” (C 5:48)
El Movimiento de Resistencia Islámica es uno de los eslabones de la cadena de la lucha contra los invasores sionistas. Se remonta a 1939, a la aparición del mártir Izz al-Din al-Kissam y sus hermanos los combatientes, miembros de la Hermandad Musulmana. Se extiende para unirse con otra cadena que abarca la lucha de los palestinos y la Hermandad Musulmana en la guerra de 1948 y las operaciones de Yihad de la Hermandad Musulmana en 1968 y después.
Si los eslabones han estado distantes unos de otros, y si obstáculos puestos en el camino de los combatientes por quienes son lacayos del sionismo entorpecieron la continuación de la lucha, el Movimiento de Resistencia Islámica aspira a la realización de la promesa de Alá, en tanto tiempo como haga falta. El Profeta, que Alá le bendiga y le dé la salvación, ha dicho: “El Día del Juicio no llegará hasta que los musulmanes combatan contra los judíos (matando a los judíos), cuando el judío se esconderá detrás de piedras y árboles. Las piedras y los árboles dirán: Oh musulmanes, oh Abdulla, hay un judío detrás de mí, ven a matarlo. Sólo el árbol gharkad (evidentemente cierta clase de árbol) no lo hará, porque es uno de los árboles de los judíos”. (Narrado por al-Bukhari y Moslem)

El lema del Movimiento de Resistencia Islámica:

Artículo 8) Alá es su meta, el Profeta es su modelo, el Corán su constitución: la Yihad es su senda, y la muerte por Alá es su más alto anhelo.

CAPITULO SEGUNDO

OBJETIVOS

Incentivos y objetivos:

Artículo 9) El Movimiento de Resistencia Islámica se encontró en una época en la que el islam ha desaparecido de la vida. De ahí que las normas se tambalearan, los conceptos se trastocaran, los valores cambiaran y gente perversa tomara el control, que prevalecieran la opresión y las tinieblas, que los cobardes se hicieran tigres: que los territorios fueran usurpados, el pueblo dispersado y empujado a vagar por el mundo, que el estado de justicia desapareciera y el estado de falsedad lo reemplazara. Nada permaneció en su lugar debido. Así, cuando el islam está ausente del escenario, todo cambia. De este estado de cosas se derivan los incentivos.

En cuanto a los objetivos: son luchar contra lo falso, derrotarlo y vencerlo para que pueda prevalecer la justicia, se recuperen los territorios y de sus mezquitas brote la voz del muecín declarando el establecimiento del estado del islam, para que las gentes y las cosas retornen cada cual a su lugar debido y Alá sea nuestro auxilio.
“Si Alá no hubiera rechazado a unos hombres valiéndose de otros, la tierra se habría ya corrompido; pero Alá es bienhechor hacia sus creaturas.” (C 2:251)

Artículo 10) A medida que el Movimiento de Resistencia Islámica allane su camino, respaldará a los oprimidos y apoyará a las víctimas de la injusticia con todas sus fuerzas. No ahorrará esfuerzo por establecer la justicia y derrotar a la injusticia, de palabra y de obra, en este lugar y dondequiera que pueda llegar y tener influencia.

CAPITULO TERCERO

ESTRATEGIAS Y MÉTODOS

ESTRATEGIAS DEL MOVIMIENTO ISLÁMICO DE RESISTENCIA:

PALESTINA ES WAQF ISLÁMICO:

Artículo 11) El Movimiento de Resistencia Islámica considera que la tierra de Palestina es un Waqf islámico consagrado a las futuras generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio. Ni ella, ni ninguna parte de ella, se puede dilapidar; ni a ella, ni a ninguna parte de ella, se puede renunciar. Ni un solo país árabe ni todos los países árabes, ni ningún rey o presidente, ni todos los reyes y presidentes, ni ninguna organización ni todas ellas, sean palestinas o árabes, tienen derecho a hacerlo. Palestina es un territorio Waqf islámico consagrado a las generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio. Siendo esto así, ¿quién podría arrogarse el derecho de representar a las generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio?
Ésta es la ley que rige para la tierra de Palestina en la sharía (ley) islámica, e igualmente para todo territorio que los musulmanes hayan conquistado por la fuerza, porque en los tiempos de las conquistas (islámicas) los musulmanes consagraron aquellos territorios a las generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio.
Sucedió así: Cuando los jefes de los ejércitos islámicos conquistaron Siria e Iraq, mandaron consultar al Califa de los musulmanes, Omar bin-el-Khatab, acerca de la tierra conquistada: si debían repartirla entre los soldados, o dejarla a sus dueños, o qué. Luego de consultas y debates entre el Califa de los musulmanes, Omar bin-el-Khatab, y compañeros del Profeta, que Alá le bendiga y le dé la salvación, se decidió que la tierra debía dejarse a sus dueños, que podrían beneficiarse de sus frutos. En cuanto a la propiedad real de la tierra y a la tierra misma, debía ser consagrada a las generaciones musulmanas hasta el Día del Juicio. Quienes viven sobre la tierra sólo están ahí para beneficiarse de sus frutos. Este Waqf perdura mientras perduren la tierra y el cielo. Todo procedimiento que contradiga la sharía islámica, en lo que concierne a Palestina, es nulo y sin valor.
“Es algo, sí, absolutamente cierto. ¡Glorifica, pues, el nombre de tu Señor, el Grandioso!” (C 56:95-96)

El territorio y el nacionalismo desde el punto de vista del Movimiento de Resistencia Islámica en Palestina:

Artículo 12) El nacionalismo, desde el punto de vista del Movimiento de Resistencia Islámica, forma parte del credo religioso. Nada es más significativo o más profundo en el nacionalismo que en el caso de que un enemigo pise tierra musulmana. Resistir al enemigo y eliminarlo pasa a ser el deber individual de todo musulmán, hombre o mujer. Una mujer puede marchar a combatir contra el enemigo sin el permiso de su marido, e igualmente el esclavo, sin el permiso de su amo.
Nada semejante se encuentra en ningún otro régimen. Esto es un hecho indiscutido. Mientras que otros movimientos nacionalistas están ligados a causas materialistas, humanas o regionales, el nacionalismo del Movimiento de Resistencia Islámica tiene todos esos elementos, así como el elemento más importante que le da alma y vida. Está ligado a la fuente del espíritu y al dador de la vida, izando en el cielo de la nación el estandarte celestial que une tierra y cielo con fuerte atadura.
Cuando Moisés llega y tira su cayado, la brujería y la magia se anulan.
“Ahora la buena dirección se distingue manifiestamente del engaño: por consiguiente, quien niegue a los taguts y crea en Alá, ese tal se ase de un asidero firme, que no se romperá; Alá es el que oye y ve.” (C 2:256)

Soluciones pacíficas, iniciativas y conferencias internacionales:

Artículo 13) Las iniciativas, y las llamadas soluciones pacíficas y conferencias internacionales, están en contradicción con los principios del Movimiento de Resistencia Islámica. El insulto a cualquier parte de Palestina es insulto dirigido contra una parte de la religión. El nacionalismo del Movimiento de Resistencia Islámica forma parte de su religión. Sus miembros se han nutrido de eso. Para izar el estandarte de Alá sobre su patria combaten. “Alá será el triunfador, pero la mayoría no lo sabe.”
De vez en cuando se llama a convocar una conferencia internacional que busque maneras de resolver la cuestión (palestina). Unos aceptan la idea, otros la rechazan por esto o por aquello, poniendo condiciones para acceder a que se convoque la conferencia y participar en ella. Conociendo a las partes que constituyen la conferencia, sus actitudes pasadas y presentes hacia los problemas musulmanes, el Movimiento de Resistencia Islámica no considera que tales conferencias sean capaces de satisfacer las demandas, restaurar los derechos ni hacer justicia a los oprimidos. Esas conferencias sólo son maneras de instalar a los infieles en la tierra de los musulmanes en calidad de árbitros. ¿Desde cuándo han hecho justicia los infieles a los creyentes? “Pero los judíos no estarán satisfechos de ti, ni los cristianos tampoco, mientras no sigas su religión. Di: La dirección de Alá es la dirección verdadera. Y ciertamente si sigues sus deseos, después del conocimiento que te ha sido dado, no tendrás protector ni defensor frente a Alá.” (C 2:120)
No hay solución para la cuestión palestina si no es a través de la Yihad. Las iniciativas, las propuestas y las conferencias internacionales son todas una pérdida de tiempo y empresas vanas. El pueblo palestino hace bien en no consentir que se juegue con su futuro, sus derechos y su destino. Como se dice en el honorable Hadiz:
“El pueblo de Siria es el azote de Alá en la tierra. Él se cobra venganza por medio de ellos contra quien le place entre sus esclavos. Es impensable que quienes de ellos son hipócritas prosperen sobre los fieles. Ciertamente se extinguirán de dolor y desesperación.”

Los Tres Círculos:

Artículo 14) La cuestión de la liberación de Palestina está unida a tres círculos: el círculo palestino, el círculo árabe y el círculo islámico. Cada uno de ellos tiene su cometido en la lucha contra el sionismo. Cada uno tiene sus deberes, y es un grave error y señal de ignorancia profunda pasar por alto cualquiera de esos círculos. Palestina es una tierra islámica que posee la primera de las dos qiblas (dirección hacia la que se vuelven los musulmanes para orar), el tercero de los sagrados santuarios (islámicos) y el punto de partida para el viaje nocturno de Mahoma a los siete cielos (es decir, Jerusalén). “¡Gloria a quien trasladó a su siervo de noche, desde el sagrado templo de La Meca hasta el templo más lejano de Jerusalén, cuyo circuito hemos bendecido, para mostrarle algunos de nuestros signos; pues Alá es quien oye y ve.” (C 17:1)
Siendo esto así, se deduce que la liberación de Palestina es un deber individual para todo musulmán, dondequiera que esté. Sobre esta base se ha de considerar el problema. Esto lo debe comprender todo musulmán.
El día en que se acometa el problema sobre esta base, cuando los tres círculos movilicen sus capacidades, el estado de cosas presente cambiará y el día de la liberación estará más cerca. “En verdad sois vosotros más fuertes que ellos, por el terror que Alá infunde en sus pechos. Esto es porque son gente que no comprende.” (C 59:13)

La Yihad por la liberación de Palestina es un deber individual:

Artículo 15) El día en que los enemigos usurpan una parte de la tierra musulmana, la Yihad pasa a ser deber individual de todo musulmán. Frente a la usurpación judía de Palestina es obligatorio alzar el estandarte de la Yihad. Para ello es preciso propagar la conciencia islámica en las masas, a nivel tanto regional como árabe e islámico. Es necesario instilar el espíritu de Yihad en el corazón de la nación, para que se enfrenten a los enemigos y engrosen las filas de los combatientes.
Es necesario que los científicos, los educadores y los maestros, los trabajadores de la información y de los medios, así como las masas instruidas, en especial los jóvenes y los jeques de los movimientos islámicos, participen en la operación de despertar (a las masas). Es importante que se introduzcan cambios básicos en los programas escolares, para purgarlos de los residuos de la invasión ideológica que los afectó por obra de los orientalistas y misioneros que se infiltraron en la región tras la derrota de los Cruzados a manos de Salah el-Din (Saladino). Los Cruzados comprendieron que era imposible vencer a los musulmanes sin que antes una invasión ideológica preparase el terreno trastornando sus pensamientos, desfigurando su legado y profanando sus ideales. Sólo después podrían invadir con soldados. Esto, a su vez, allanó el camino para la invasión imperialista que hizo que Allenby declarase al entrar en Jerusalén: “Ahora han acabado las Cruzadas”. El general Guru [sic por Gouraud] dijo ante la tumba de Salah el-Din: “Hemos vuelto, Salah el-Din”. El imperialismo ha ayudado a reforzar la invasión ideológica robusteciendo sus raíces, y sigue haciéndolo. Todo esto ha preparado el terreno para la pérdida de Palestina.
Es imperativo instilar en las mentes de las generaciones musulmanas que el problema palestino es un problema religioso, y que hay que acometerlo sobre esa base. Palestina contiene lugares santos islámicos. En ella se encuentra la Mezquita al-Aqsa, que está unida a la gran Mezquita de La Meca con un lazo indisoluble mientras el cielo y la tierra hablen del Isra (el viaje nocturno de Mahoma a los siete cielos) y el Miraj (la ascensión de Mahoma a los siete cielos desde Jerusalén).
“Un día de servidumbre por Alá es mejor que el mundo y todo lo que hay en él. El sitio que ocupa el látigo en el Paraíso es mucho mejor que el mundo y todo lo que hay en él. La ida y la venida de un devoto al servicio de Alá es mejor que el mundo y todo lo que hay en él.” (Narrado por al-Bukhari, Moslem, al-Tarmdhi e Ibn Maja)
“Juro por quien guarda el alma de Mahoma que quisiera invadir y ser muerto por Alá, y después invadir y ser muerto, y después invadir otra vez y ser muerto.” (Narrado por al-Bukhari y Moslem)

La educación de las generaciones:

Artículo 16) Es imperativo seguir la orientación islámica al educar a las generaciones islámicas de nuestra región, enseñando los deberes religiosos, el estudio completo del Corán, el estudio de la Sunna del Profeta (sus dichos y hechos), y la historia y el legado islámicos según sus fuentes auténticas. Esto deben hacerlo personas especializadas y doctas, utilizando un plan de estudios que forme saludablemente los pensamientos y la fe del estudiante musulmán. Junto a esto también se debe incluir un estudio completo del enemigo, sus capacidades humanas y financieras, sus puntos débiles y fuertes y las fuerzas que le apoyan y le ayudan. También es importante estar al tanto de los sucesos de actualidad, seguir lo que hay de nuevo y estudiar el análisis y los comentarios que se hagan de esos sucesos. Planear para el presente y para el futuro, estudiar cada una de las tendencias que aparecen, es indispensable para que el musulmán combatiente viva conociendo su meta, su objetivo y su senda en medio de lo que sucede a su alrededor.
“Oh hijo mío, en verdad toda materia, buena o mala, aunque sea del peso de un grano de mostaza y esté escondida en una roca, en los cielos o en la tierra, Alá la sacará a luz; porque Alá es sutil y sabedor. Oh hijo mío, sé constante en la azalá, y ordena lo justo y prohíbe lo injusto, y ten paciencia en las aflicciones, porque es un deber que incumbe absolutamente a todos los hombres. No tuerzas la cara por desprecio a los hombres, ni vayas por la tierra con insolencia; porque Alá no ama a nadie que sea arrogante, jactancioso.” (C 31:16-18)

El cometido de la mujer musulmana:

Artículo 17) La mujer musulmana tiene un cometido no menos importante que el del hombre musulmán en la batalla de liberación. Es la hacedora de hombres. Su cometido en la guía y la educación de las nuevas generaciones es grande. Los enemigos han comprendido la importancia de su cometido. Consideran que si pueden dirigirla y educarla como ellos quieren, lejos del islam, habrán ganado la batalla. Por eso se les ve atender constantemente a esos intentos a través de campañas de información, películas y programas escolares, utilizando con ese fin a sus lacayos infiltrados a través de organizaciones sionistas bajo distintos nombres y figuras, tales como masonería, clubs de Rotarios, grupos de espionaje y otros, que no son sino células de subversión y saboteadores. Estas organizaciones poseen amplios recursos que les permiten desempeñar su papel dentro de las sociedades con el objeto de alcanzar los objetivos sionistas y robustecer los conceptos que sirven al enemigo. Estas organizaciones actúan cuando el islam está ausente y alejado del pueblo. Los pueblos islámicos deben cumplir su cometido enfrentándose a las conspiraciones de estos saboteadores. El día en que el islam controle la dirección de los asuntos de la vida, estas organizaciones, hostiles a la humanidad y al islam, serán aniquiladas.

Artículo 18) La mujer en el hogar de la familia combatiente, sea madre o hermana, desempeña el cometido importantísimo de cuidar de la familia, criar a los niños e imbuirles de valores morales y pensamientos derivados del islam. Ella tiene que enseñarles a cumplir los deberes religiosos en preparación para el cometido de combate que les espera. Por eso es necesario prestar gran atención a las escuelas y los planes de estudios aplicados a la educación de las niñas musulmanas, para que cuando crezcan sean buenas madres, conscientes de su papel en la batalla de liberación.
La mujer ha de tener conocimiento y comprensión suficientes en lo que se refiere a la realización de las tareas domésticas, porque la economía y la prevención del despilfarro del presupuesto familiar es uno de los requisitos para poder seguir avanzando en las difíciles circunstancias que nos rodean. Ella debe tener la vista puesta en que el dinero de que dispone es exactamente como la sangre, que debe correr sólo por las venas para que tanto niños como adultos continúen viviendo.
“En verdad, los musulmanes y las musulmanas, los creyentes verdaderos y las creyentes verdaderas, los devotos y las devotas, los veraces y las veraces, los pacientes y las pacientes, los humildes y las humildes, los que dan y las que dan limosna, los que y las que recuerdan mucho a Alá, para ellos Alá ha preparado perdón y una gran recompensa.” (C 33:35)

La función del arte islámico en la batalla de liberación:

Artículo 19) El arte tiene reglamentos y medidas para determinar si es arte islámico o preislámico (jahili). Las cuestiones de la liberación islámica necesitan un arte islámico que eleve el espíritu sin situar un lado de la naturaleza humana por encima del otro, sino situándolos todos armoniosamente en equilibrio.
El hombre es una creatura única y maravillosa, hecha de un puñado de barro y un hálito de Alá. El arte islámico se dirige al hombre sobre esta base, mientras que el arte preislámico se dirige al cuerpo dando preferencia al componente de barro que hay en él.
Si el libro, el artículo, el boletín, el sermón, la tesis, el poema popular, la oda poética, la canción, la obra dramática y otras, contienen las características del arte islámico, entonces están entre los requisitos de la movilización ideológica, son sustento renovado para el viaje y recreación para el alma. El camino es largo y el sufrimiento es mucho. El alma se aburrirá, pero el arte islámico renueva las energías y resucita al movimiento, despertando en ellos intenciones elevadas y conducta apropiada. “Nada puede mejorar al espíritu si está en retirada, excepto pasar de un estado de ánimo a otro.”
Todo esto es completamente serio y no es ninguna broma, porque los combatientes no bromean.

Responsabilidad social mutua:

Artículo 20) La sociedad musulmana es una sociedad mutuamente responsable. El Profeta, plegarias y alabanzas a él, dijo: “Benditos son los generosos, estén en poblado o en camino, que han reunido cuanto tenían y se lo han repartido a partes iguales.”
El espíritu islámico es el que debe prevalecer en toda sociedad musulmana. La sociedad que se enfrenta a un enemigo pérfido que actúa de manera similar al nazismo, sin diferenciar entre hombre y mujer, entre niños y ancianos, esa sociedad tiene derecho a este espíritu islámico. Nuestro enemigo confía en los métodos de castigo colectivo. Ha despojado a las personas de su tierra y de sus propiedades, las ha perseguido en sus lugares de exilio y reunión, quebrantando huesos, disparando contra mujeres, niños y ancianos, con o sin motivo. El enemigo ha abierto campos de detención donde hay miles y miles de personas recluidas y tenidas en condiciones infrahumanas. A eso se añade demoler casas, dejar a niños huérfanos, dictar sentencias crueles contra miles de jóvenes y hacer que gasten los mejores años de sus vidas en las mazmorras de las cárceles.
En su tratamiento nazi, los judíos no han hecho excepción para mujeres ni niños. Su política de amedrentamiento es para todos. Atacan a las personas en lo que concierne a su sustento, extorsionando su dinero y amenazando su honor. Tratan a las personas como si fueran los peores criminales de guerra. La deportación de la patria es una forma de asesinato.
Para contrarrestar esas acciones, es necesario que en el pueblo prevalezca la responsabilidad social mutua. El pueblo debe hacer frente al enemigo como un solo cuerpo, en el que basta que un miembro se queje para que el resto del cuerpo responda sintiendo el mismo dolor.

Artículo 21) Responsabilidad social mutua significa dar asistencia, económica o moral, a cuantos se encuentran en necesidad, y participar en la ejecución del trabajo. Los miembros del Movimiento de Resistencia Islámica deben considerar los intereses de las masas como sus propios intereses personales. No deben escatimar esfuerzo para conseguirlos y preservarlos. Deben evitar todo juego sucio con el futuro de las generaciones venideras y todo aquello que pudiera ocasionar pérdida a la sociedad. Las masas son parte de ellos y ellos son parte de las masas. Suya es su fuerza y suyo es su futuro. Los miembros del Movimiento de Resistencia Islámica deben compartir la alegría y el dolor del pueblo, adoptar las demandas del público y todos aquellos medios que permitan satisfacerlas. El día en que ese espíritu prevalezca, la fraternidad se robustecerá, la cooperación, la solidaridad y la unidad se acrecentarán, y se compactarán las filas para hacer frente a los enemigos.

Fuerzas de apoyo tras las filas del enemigo:

Artículo 22) Durante mucho tiempo los enemigos han estado planeando, hábilmente y con precisión, para el logro de lo que han conseguido. Tomaron en consideración las causas que incidían en la marcha de los acontecimientos. Se esforzaron por amasar una grande y sustantiva riqueza material, que dedicaron a la realización de su sueño. Con su dinero tomaron el control de los medios de comunicación del mundo, las agencias de noticias, la prensa, las empresas editoriales, las emisoras de radio y otros. Con su dinero atizaron revoluciones en distintas partes del mundo para alcanzar sus fines y cosechar sus frutos. Estuvieron detrás de la Revolución Francesa, de la revolución comunista y de la mayoría de las revoluciones de las que hemos sabido y sabemos, aquí y allá. Con su dinero formaron sociedades secretas, tales como la masonería, los clubs de Rotarios y de Leones y otras en diferentes partes del mundo, para sabotear las sociedades y alcanzar los fines sionistas. Con su dinero lograron controlar los países imperialistas e instigarlos a colonizar muchos países para poder explotar sus recursos y extender en ellos la corrupción.
Dígase lo que se quiera de guerras regionales y mundiales. Ellos estuvieron detrás de la Primera Guerra Mundial, cuando lograron destruir el Califato islámico, obtener ganancias financieras y controlar recursos. Ellos consiguieron la Declaración Balfour, formaron la Sociedad de Naciones para dominar el mundo a través de ella. Ellos estuvieron detrás de la Segunda Guerra Mundial, mediante la cual obtuvieron enormes ganancias financieras con el comercio de armamentos, y prepararon el terreno para el establecimiento de su estado. Fueron ellos los que instigaron la sustitución de la Sociedad de Naciones por las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad, para poder dominar el mundo a través de ellos. No hay guerra que se libre en ninguna parte en la que ellos no hayan puesto el dedo.
“Siempre que enciendan el fuego de la guerra, Alá lo apagará; y se darán a actuar corruptamente en la tierra, pero Alá no ama a los corruptores.” (C 5:64)
Las fuerzas imperialistas del Occidente capitalista y del Oriente comunista sostienen al enemigo con todas sus fuerzas, con dinero y con hombres. Esas fuerzas se turnan para hacerlo. El día en que apareciera el islam, las fuerzas de la infidelidad se unirían contra él, porque los infieles forman una sola nación.
“Oh creyentes verdaderos, no intiméis con nadie ajeno a vuestra comunidad, pues no dejarán de corromperos. Ellos desean lo que os haría perecer; su odio ya apareció en sus bocas, pero lo que ocultan sus pechos es aún más inveterado. Ya os hemos mostrado signos de la mala voluntad que os tienen, si comprendéis.” (C 3:118)
No en vano el versículo acaba con las palabras de Alá “si comprendéis”.

CAPITULO CUARTO

NUESTRAS ACTITUDES HACIA:

A. Los movimientos islámicos:

Artículo 23) El Movimiento de Resistencia Islámica contempla a otros movimientos islámicos con respeto y aprecio. Si disintiera de ellos en un punto u opinión, coincide con ellos en otros puntos y maneras de pensar. Considera que esos movimientos, si revelan buenas intenciones y dedicación a Alá, entran dentro de la categoría de los que se esfuerzan con ahínco porque actúan dentro del círculo islámico. Cada persona activa tiene su parte.
El Movimiento de Resistencia Islámica considera a todos esos movimientos como un fondo para sí mismo. Ruega a Alá que conceda guía y directrices para todos, y no escatima esfuerzo por mantener en alto el estandarte de la unidad, afanándose siempre por su consecución de acuerdo con el Corán y con las instrucciones del Profeta.
“Y aferraos todos al pacto de Alá, y no os apartéis de él, y recordad el favor de Alá para con vosotros: pues érais enemigos y él reconcilió vuestros corazones, y por su favor vinisteis a ser compañeros y hermanos; y estabais al borde de un abismo de fuego y os libró de él. Alá os explica sus signos para que seáis dirigidos.” (C 3:103)

Artículo 24) El Movimiento de Resistencia Islámica no tolera que se calumnie ni se hable mal de individuos ni de grupos, porque el creyente no se permite esas ruindades. Es necesario distinguir entre ese comportamiento y las posiciones adoptadas por ciertos individuos y grupos. Siempre que esas posiciones sean erróneas, el Movimiento de Resistencia Islámica se reserva el derecho de exponer el error y denunciarlo. Se esforzará por mostrar el camino recto y juzgar cada caso con objetividad. En efecto, la conducta acertada es la meta del creyente, que la sigue dondequiera que la descubra.
“A Alá no le gusta la maledicencia en público, a no ser que quien haya sido tratado injustamente pida asistencia; y Alá oye y sabe; ya sea que divulguéis una buena acción, o la ocultéis, o perdonéis el mal, en verdad Alá es perdonador y poderoso.” (C 4:148-149)

B. Los movimientos nacionalistas en el escenario palestino:

Artículo 25) El Movimiento de Resistencia Islámica respeta a estos movimientos y aprecia sus circunstancias y las condiciones que los rodean y afectan. Los alienta siempre que no entreguen su lealtad ni al Oriente comunista ni al Occidente cruzado. Confirma a cuantos se integran en él o se solidarizan con él que el Movimiento de Resistencia Islámica es un movimiento combatiente que tiene una visión moral y esclarecida de la vida y de la manera en que debe cooperar con los otros (movimientos). Detesta el oportunismo y desea únicamente el bien del pueblo, individuos y grupos por igual. No persigue ganancias materiales, fama personal ni recompensa de otros. Trabaja con sus propios recursos y todo aquello de lo que dispone, “y prepara para ellos todas las fuerzas que puedas”, para el cumplimiento del deber y para ganar el favor de Alá. Aparte de eso no desea nada más.
El Movimiento asegura, a todas las tendencias nacionalistas que operan en el escenario palestino para la liberación de Palestina, que existe para darles apoyo y asistencia. Nunca para más que eso, de palabra ni de obra, ahora y en el futuro. Existe para aunar y no para dividir, para preservar y no para dilapidar, para unificar y no para disgregar. Valora toda buena palabra, esfuerzo sincero y buenos oficios. Cierra la puerta a las disensiones marginales y no da oído a rumores y maledicencias, a la vez que ejerce plenamente el derecho de autodefensa.
Todo lo que sea contrario o contradictorio con esas tendencias es una mentira esparcida por los enemigos o sus lacayos para sembrar la confusión, romper las filas y ocuparlas con cuestiones marginales.
“Oh creyentes verdaderos, si un malvado os viene con una historia, mirad bien si es verdad; no sea que lastiméis al pueblo por ignorancia y os arrepintáis después de lo que hicisteis.” (C 49:6)

Artículo 26) Considerando de esta manera positiva a los movimientos nacionalistas palestinos que no prestan lealtad ni a Oriente ni a Occidente, el Movimiento de Resistencia Islámica no se abstiene de debatir las nuevas situaciones a nivel regional o internacional en lo que se refiera a la cuestión palestina. Lo hace de manera objetiva, revelando hasta qué punto está en armonía o en contradicción con los intereses nacionales a la luz del punto de vista islámico.

C. La Organización para la Liberación de Palestina:

Artículo 27) La Organización para la Liberación de Palestina es la más cercana al corazón del Movimiento de Resistencia Islámica. Contiene al padre y al hermano, al pariente y al amigo. El musulmán no rompe con su padre, su hermano, su pariente ni su amigo. Nuestra patria es una, nuestra situación es una, nuestro destino es uno y el enemigo es enemigo conjunto para todos nosotros.
Debido a las situaciones que rodearon a la formación de la Organización, a la confusión ideológica que prevalece en el mundo árabe como resultado de la invasión ideológica bajo cuya influencia ha caído el mundo árabe desde la derrota de los Cruzados, y que fue y sigue siendo intensificada a través de los orientalistas, los misioneros y los imperialistas, la Organización adoptó la idea de un estado secular. Y es así como nosotros lo vemos. El secularismo contradice totalmente la ideología religiosa. Las actitudes, la conducta y las decisiones brotan de las ideologías.
Es por eso que, con todo nuestro aprecio por la Organización para la Liberación de Palestina –y lo que puede llegara a ser–, y sin restar importancia a su papel en el conflicto árabe-israelí, no podemos cambiar la Palestina islámica presente o futura por la idea secular. La naturaleza islámica de Palestina es parte de nuestra religión, y todo el que se tome su religión a la ligera es un perdedor. “¿Quién sino el necio de espíritu puede sentir aversión a la religión de Abraham?.” (C 2:130)
El día en que la Organización para la Liberación de Palestina adopte el islam como modo de vida, nosotros seremos sus soldados, y combustible para su fuego que quemará a los enemigos.
Mientras llega ese día, y rogamos a Alá que sea pronto, la posición del Movimiento de Resistencia Islámica hacia la OLP es la del hijo hacia su padre, la del hermano hacia su hermano, la del pariente hacia el pariente, que sufre su dolor y le apoya en el enfrentamiento con los enemigos, deseando que sea prudente y bien guiado.
“Tente junto a tu hermano, porque el que no tiene hermano es como el combatiente que va a la batalla sin armas. Tu primo es el ala con que vuelas: ¿podría el ave volar sin alas?”

D. Los países árabes e islámicos:

Artículo 28) La invasión sionista es una invasión pérfida. No se priva de recurrir a todos los métodos, utilizando todos los medios perversos y despreciables para alcanzar su fin. Se apoya fuertemente en sus operaciones de infiltración y espionaje en las organizaciones secretas a las que dio origen, tales como la masonería, los clubs de Rotarios y Leones y otros grupos de sabotaje. Todas esas organizaciones, sean secretas o declaradas, trabajan en favor del sionismo y siguiendo sus instrucciones. Buscan socavar las sociedades, destruir los valores, corromper las conciencias, deteriorar el carácter y aniquilar el islam. Están detrás del comercio de drogas y el alcoholismo en todas sus formas para facilitar su control y expansión.
A los países árabes que rodean a Israel se les pide que abran sus fronteras a los combatientes de las naciones árabes e islámicas para que puedan consolidar sus esfuerzos con los de sus hermanos musulmanes de Palestina.
En cuanto a los restantes países árabes e islámicos, se les pide que faciliten el tránsito de ida y vuelta de los combatientes [a Palestina], y es lo menos que pueden hacer.
No debemos dejar de recordarle a todo musulmán que cuando los judíos conquistaron la Ciudad Santa en 1967, en el umbral de la Mezquita al-Aqsa proclamaron que “Mahoma está muerto, y todos sus descendientes son mujeres”.
Israel, el judaísmo y los judíos desafían al islam y al pueblo musulmán. “Ojalá los cobardes nunca duerman.”

E. Agrupaciones nacionalistas y religiosas, instituciones, intelectuales, el mundo árabe e islámico:

[Artículo 29:] El Movimiento de Resistencia Islámica espera que todas estas agrupaciones se alineen con él en todas las esferas, lo secunden, adopten su posición, respalden sus actividades y acciones, trabajen por conseguirle apoyos, de modo que el pueblo islámico sea para él una base y un puntal, proporcionándole cimientos estratégicos en todas las esferas humanas, materiales e informativas, en todo tiempo y lugar. Esto se debe hacer mediante la convocatoria de conferencias de solidaridad, la publicación de boletines explicativos, artículos favorables y opúsculos, la educación de las masas respecto a la cuestión palestina, aclarando lo que se la enfrenta y las conspiraciones tejidas a su alrededor. Deben movilizar a las naciones islámicas, ideológica, pedagógica y culturalmente, de manera que estos pueblos estén preparados para ejercer su cometido en la batalla decisiva de liberación, lo mismo que cuando vencieron a los Cruzados y a los tártaros y salvaron la civilización humana. De hecho eso no es difícil para Alá.
“Alá ha escrito: ¡Venceré, en verdad, yo y mis enviados! Alá es fuerte, poderoso”. (C 58:21)

Artículo 30) A los escritores, los intelectuales, los periodistas, los oradores, los educadores y maestros, y a todos los distintos sectores del mundo árabe e islámico, a todos ellos se les llama a desempeñar su cometido y cumplir con su deber, en razón de la ferocidad de la ofensiva sionista y de la influencia sionista en muchos países ejercida a través del control de las finanzas y de los medios, así como de las consecuencias que todo esto acarrea en la mayor parte del mundo.
La Yihad no consiste sólo en portar armas y enfrentarse al enemigo. La palabra eficaz, el buen artículo, el libro útil, el apoyo y la solidaridad –junto con la presencia de un propósito sincero de izar el estandarte de Alá cada día más alto–, todo ello son elementos de la Yihad por Alá.
“Todo el que moviliza a un combatiente por Alá es también combatiente. Todo el que apoya a los parientes de un combatiente, es combatiente.” (Narrado por al-Bukhari, Moslem, Abu-Dawood y al-Tarmadhi)

F. Seguidores de otras religiones:

El Movimiento de Resistencia Islámica es un movimiento humanista:

Artículo 31) El Movimiento de Resistencia Islámica es un movimiento humanista. Tutela los derechos humanos y se guía por la tolerancia islámica en el trato con los seguidores de otras religiones. A ninguna de ellas hostiliza, excepto que ella lo hostilice o se atraviese en su camino para dificultar sus movimientos e inutilizar sus esfuerzos.
Bajo la protección del islam es posible que los seguidores de las tres religiones –islam, cristianismo y judaísmo– coexistan en paz y tranquilidad unos con otros. La paz y la tranquilidad no serían posibles de otro modo que bajo la protección del islam. La historia pasada y presente es el mejor testimonio de ello.
Los seguidores de las otras religiones tienen el deber de dejar de disputar la soberanía del islam en esta región, porque el día en que esos seguidores tomaran el poder no habría más que matanzas, desplazamiento y terror. Cada uno de ellos discrepa de sus correligionarios, por no hablar de los seguidores de otras religiones. La historia pasada y presente está llena de ejemplos que lo demuestran.
“No combatirán unidos contra vosotros, sino en poblados fortificados o protegidos por murallas. Su fuerza en la guerra entre ellos es grande; los creéis unidos, pero sus corazones están divididos. Es que son gente que no razona.” (C 59:14)
El islam confiere a cada cual sus derechos legítimos. El islam impide la ingerencia en los derechos de los demás. Las actividades nazis sionistas contra nuestro pueblo no durarán mucho. “Pues el estado de injusticia sólo dura un día, mientras que el estado de justicia dura hasta el Juicio Final.”
“En cuanto a quienes no han tomado las armas contra vosotros a causa de la religión, ni os han expulsado de vuestros hogares, Alá no os prohíbe que seáis buenos y equitativos con ellos; porque Alá ama a los que son equitativos.” (C 60:8)

El intento de aislar al pueblo palestino:

Artículo 32) El sionismo mundial, juntamente con las potencias imperialistas, intenta, a través de un plan estudiado y una estrategia inteligente, sacar a un estado árabe tras otro del círculo de la lucha contra el sionismo, para que al final sólo tenga que enfrentarse al pueblo palestino. Egipto fue, en gran medida, sacado del círculo de la lucha mediante el traicionero Acuerdo de Camp David. Están intentando llevar a otros países árabes a acuerdos similares y sacarlos del círculo de la lucha.
El Movimiento de Resistencia Islámica llama a todas las naciones árabes e islámicas a adoptar la línea de una acción seria y perseverante que impida el éxito de este plan horrendo, que advierta a la gente del peligro resultante de salir del círculo de la lucha contra el sionismo. Hoy es Palestina, mañana será este o aquel país. El plan sionista es ilimitado. Después de Palestina, los sionistas aspiran a expandirse desde el Nilo hasta el Éufrates. Una vez que hayan digerido la región que ocuparon, aspirarán a una nueva expansión, y así sucesivamente. Su plan está enunciado en los “Protocolos de los Sabios de Sión”, y su conducta en la actualidad es la mejor prueba de lo que decimos.
Abandonar el círculo de la lucha con el sionismo es alta traición, y maldito sea el que lo haga. “Pues quien ese día les vuelva la espalda, a menos que se desvíe para combatir o se retire a otra tropa de los fieles, incurrirá en la indignación de Alá, y su morada será el infierno; mal viaje será ir allí.” (C 8:16). No hay otra salida que concentrar todas las potencias y energías en hacer frente a esta pérfida invasión nazi y tártara. La alternativa es la pérdida del país propio, la dispersión de los ciudadanos, la extensión del vicio sobre la tierra y la destrucción de los valores religiosos. Que cada cual sepa que es responsable ante Alá, pues “al que hace la más pequeña bondad se le paga en la misma moneda, y también al que hace la más pequeña maldad”.
El Movimiento de Resistencia Islámica se considera la punta de lanza del círculo de lucha contra el sionismo mundial y un paso en el camino. El Movimiento suma sus esfuerzos a los esfuerzos de cuantos actúan en el escenario palestino. Los pueblos árabes e islámicos deben contribuir con nuevos pasos por su parte; las agrupaciones islámicas de todo el mundo árabe deben hacer otro tanto, ya que todas ellas son las mejor equipadas para el papel futuro en la lucha con los belicistas judíos.
“... y hemos suscitado entre ellos hostilidad y odio hasta el día de la resurrección. Siempre que enciendan el fuego de la guerra, Alá lo apagará; y se darán a actuar corruptamente en la tierra, pero Alá no ama a los corruptores.” (C 5:64)

Artículo 33) El Movimiento de Resistencia Islámica, estando basado en las ideas comunes, coordinadas e interdependientes de las leyes del universo, y fluyendo con la corriente del destino en cuanto a hacer frente y combatir a los enemigos en defensa de los musulmanes y de la civilización islámica y los lugares santos, el primero de los cuales es la Mezquita al-Aqsa, insta a los pueblos árabes e islámicos, a sus gobiernos, a las agrupaciones populares y oficiales, a temer a Alá en lo que concierne a su visión del Movimiento de Resistencia Islámica y sus tratos con él. Deben respaldarlo y apoyarlo, como Alá quiere que hagan, facilitándole más y más fondos hasta que se cumpla el propósito de Alá, cuando se cierren las filas, combatientes se unan a combatientes y en todo el mundo islámico las masas den un paso al frente en respuesta a la llamada del deber, proclamando en alta voz: Gloria a la Yihad. Su grito llegará a los cielos y seguirá resonando hasta que la liberación se logre, los invasores sean vencidos y se realice la victoria de Alá.
“Y Alá auxiliará, ciertamente, al que esté de su lado; porque Alá es fuerte y poderoso.” (C 22:40)

CAPITULO QUINTO

EL TESTIMONIO DE LA HISTORIA

A lo largo de la historia haciendo frente a los invasores:

Artículo 34) Palestina es el ombligo del orbe y la encrucijada de los continentes. Desde los albores de la historia ha sido el objetivo de expansionistas. El mismo Profeta, que Alá le bendiga y le dé la salvación, apuntó a ese hecho en el noble Hadiz con que apeló a su honorable compañero Ma’adh ben-Jabal, diciendo: “Oh Ma’ath, Alá abra ante ti, cuando yo ya no esté, Siria desde Al-Arish hasta el Éufrates. Sus hombres, mujeres y esclavos permanecerán allí firmemente hasta el Día del Juicio. Aquel de vosotros que escoja una de las costas de Siria, o la Tierra Santa, estará en lucha constante hasta el Día del Juicio”.
Los expansionistas han puesto más de una vez sus ojos en Palestina, a la que atacaron con sus ejércitos para cumplir sus designios sobre ella. Así fue como los Cruzados vinieron con sus ejércitos, trayendo consigo su credo y portando su Cruz. Pudieron derrotar a los musulmanes por un tiempo, pero los musulmanes sólo fueron capaces de recuperar la tierra cuando se pusieron bajo la protección de su estandarte religioso, unieron su palabra, santificaron el nombre de Alá y se lanzaron a la lucha bajo el liderazgo de Salah ed-Din al-Ayyubi. Lucharon durante casi veinte años, y al final los Cruzados fueron derrotados y Palestina liberada. “Di a quienes no creen: Seréis vencidos y arrojados juntos al infierno; un mal lecho será.” (C 3:12)
Esa es la única manera de liberar a Palestina. No cabe ninguna duda acerca del testimonio de la historia. Es una de las leyes del universo y una de las reglas de la existencia. Nada sino el hierro puede vencer al hierro. Su credo falso y vano sólo puede ser derrotado por el recto credo islámico. A un credo sólo se le combate con un credo, y al final la victoria es para los justos, porque la justicia es ciertamente victoriosa.
“Nuestra palabra ha sido ya dada anteriormente a nuestros siervos los enviados; que ciertamente serían auxiliados contra los infieles, y que nuestros ejércitos serán sin duda los conquistadores.” (C 37:171-173)

Artículo 35) El Movimiento de Resistencia Islámica contempla seriamente la derrota de los Cruzados a manos de Salah ed-Din al-Ayyubi y el rescate de Palestina de sus manos, así como la derrota de los tártaros en Ein Galot, el quebrantamiento de su poder a manos de Qataz y Al-Dhaher Bivers y la salvación del mundo árabe de la acometida tártara que se proponía destruir todo sentido de la civilización humana. El Movimiento extrae enseñanzas y ejemplos de todo esto. La presente acometida sionista también ha sido precedida por ataques de los Cruzados desde Occidente y otros ataques de los tártaros desde Oriente. Lo mismo que los musulmanes hicieron frente a esos ataques y planearon la manera de combatirlos y derrotarlos, deben ser capaces de hacer frente a la invasión sionista y derrotarla. Ciertamente no es ningún problema para Alá el Todopoderoso, siempre que las intenciones sean puras, que la determinación sea sincera y que los musulmanes aprendan de experiencias pasadas, se libren de los efectos de la invasión ideológica y sigan las costumbres de sus antepasados.

CONCLUSIÓN

El Movimiento de Resistencia Islámica se compone de soldados:

Artículo 36) Mientras allana su camino, el Movimiento de Resistencia Islámica subraya una y otra vez para todos los hijos de nuestro pueblo, para las naciones árabes e islámicas, que no persigue fama personal, ganancia material ni relieve social. No pretende competir con nadie de nuestro pueblo ni ocupar su sitio. Nada de eso en absoluto. No actuará contra ninguno de los hijos de los musulmanes ni contra aquellos no musulmanes que se muestren pacíficos hacia él, aquí o en cualquier otro lugar. Servirá únicamente como apoyo para todas las agrupaciones y organizaciones que actúan contra el enemigo sionista y sus lacayos.
El Movimiento de Resistencia Islámica adopta el islam como modo de vida. El islam es su credo y religión. Quienquiera que tome el islam como modo de vida, ya sea una organización, una agrupación, un país o cualquier otra colectividad, el Movimiento de Resistencia Islámica se considera su tropa y nada más.
Pedimos a Alá que nos muestre el camino recto, que nos convierta en ejemplo para otros y que falle entre nosotros y nuestro pueblo con justicia. “Señor, falla según justicia entre nosotros y nuestro pueblo, pues tú eres el mejor juez.” (C 7:89)

Sea la última de nuestras plegarias la alabanza a Alá, el Dueño del Universo.


Etiquetas: , , ,

2006/01/17

Mi patrono San Antón


¡Hoy, 17 de enero, es la fiesta de mi patrono! Sí, ése que aparece en los altares con un fiel guarrillo a los pies, el San Antonio anacoreta de las tentaciones, pobre patrono mío. Y como no siempre vamos a estar tratando aquí de cosas desagradables y amenazadoras, ¿qué mejor ocasión para invitar a los amantes del arte a visitar la exposición virtual que a San Antón y su chancho dedica ahora mismo el excelente sitio Porkópolis? Vayan a verla, cliqueen en los cuadritos y pasarán un buen rato, oink.

Etiquetas: ,

2006/01/15

En la red y en español: Ye'or y Bostom

Bajo el título genérico “En la red y en español”, iniciamos aquí una sección del blog dedicada a presentar enlaces directos a textos de especial interés, escritos en español o traducidos a la lengua de Quevedo (para variar), pero dispersos por las vastas estepas internéticas. Agrupándolos por autor o por tema esperamos dar utilidad común a nuestras solitarias correrías. Nos estrenamos con dos autores, Bat Ye’or y Andrew G. Bostom, y desde ya anunciamos nuestra gratitud a todo el que quiera aportar nuevos hallazgos a las entregas que vayamos publicando (por favor, textos completos y no traducidos a máquina), y que no tiene más que hacer sino dejarnos la dirección correspondiente a modo de comentario.

De Bat Ye’or, sobre la cual los sitios de referencia son www.dhimmitude.org y www.dhmmi.org, hemos visto en español:
El apartheid musulmán: percepciones contemporáneas árabes y musulmanas del Otro
El apartheid musulmán (II): los refugiados olvidados
El retorno de Munich: el espíritu de Eurabia
Eurabia y el antisemitismo euroárabe
La sociedad islámica pluralista y tolerante. Origen de un mito (I)
La sociedad islámica pluralista y tolerante. Origen de un mito (y II)
La tolerante y plural sociedad islámica: origen de un mito (otra traducción del texto anterior, en una sola página)
Los derechos humanos universales vs. “derechos humanos” en el Islam
Los dhimmíes frente al desafío integrista
Los temores europeos a la yihad unida y
Mitos y política. La sociedad islámica pluralista

Una síntesis de varios de sus estudios sobre la dhimmitud, escrita al parecer por un lector español, se encuentra aquí.

En cuanto a Andrew G. Bostom, nuestra lista hasta ahora es:
El atolladero de Eurabia inspira "soluciones" míticas (I)
El atolladero de Eurabia inspira "soluciones" míticas (y II)
El genocidio armenio fue una yihad
El legado de la Jihad en la Palestina histórica
Falsas impresiones y
La “sagrada” práctica musulmana de la decapitación

¡Buen provecho!

Etiquetas:

La izquierda europea en brazos del islamismo: el caso alemán

El Transatlantic Intelligencer ofrece en traducción inglesa un sustancioso análisis de dos periodistas alemanes, Thomas von der Osten-Sacken y Thomas Uwer, sobre el “diálogo” que la izquierda europea mantiene desde hace más de un decenio con islamistas de todos los colores. Su lectura permite apreciar que a quienes ahora detentan el poder en España ni siquiera se les puede atribuir originalidad en el embaucamiento: “(...) si se pregunta a los oponentes de la política americana cómo hay que combatir eficazmente el terrorismo y cómo hay que vencer la miseria de las sociedades de Oriente Medio, la respuesta que se suele obtener es: ‘a través del diálogo’. Diálogo es la palabra mágica que invariablemente se esgrime cada vez que lo que se necesita son medidas políticas concretas”.

Renunciamos a extractar un texto que no tiene desperdicio, entre otras cosas porque la realidad española de los últimos años iguala y aun supera con creces los ejemplos de entreguismo o complicidad con el islam militante, so capa de “diálogo constructivo”, que Osten-Sacken y Uwer denuncian mirando a Alemania. A decir verdad, de la estructura de su artículo se podrían ir colgando, como bolitas de un árbol navideño, las múltiples manifestaciones del colaboracionismo hispano, cada una de las cuales merece tratamiento aparte. Entretanto, léalo quien pueda, imprímalo y guárdelo pro memoria. Y aun sin eso, quemando etapas porque el tiempo apremia, otra sugerencia: ¿no te parece, lector amable y reflexivo, que estamos asistiendo, en la llamada izquierda española, a una duplicación casi exacta de comportamientos respecto al islamismo internacional y al terrorismo/totalitarismo criado dentro de nuestras fronteras; a un verdadero juego de cajas chinas o muñecas rusas, telescópicamente encajables la una dentro de la otra, la mamushkita en la mamushkona?

Etiquetas: , ,

2006/01/11

Bostom: El atolladero de Eurabia inspira "soluciones" míticas (I)

[Agradecemos a Andrew G. Bostom su autorización para traducir al español y publicar íntegramente el artículo siguiente, cuya versión original se encuentra aquí. Dada la extensión del texto, lo publicamos en dos partes.]


El atolladero de Eurabia inspira “soluciones” míticas
Andrew G. Bostom

24 de noviembre de 2005

Al cabo de casi tres semanas seguidas de disturbios en Francia por obra de jóvenes en su mayoría musulmanes, la violencia ha descendido, aunque sea a un nivel inestable muy superior a la “cota base” de comienzos de octubre, antes del estallido de los sucesos (por ejemplo, en número de vehículos quemados por día: véase este gráfico).

Las exculpaciones dominantes respecto a estos desórdenes, emanadas de expertos de todos los colores políticos, niegan o trivializan el papel del islam. Por ejemplo, a pesar de que en el curso de la intifada francesa los alborotadores, musulmanes en su inmensa mayoría, han profanado o incendiado doce iglesias cristianas, esos actos de fanatismo apenas han sido recogidos por periodistas de investigación o blogueros, mientras que los comentaristas pontificantes los han silenciado totalmente.

Las valoraciones exculpatorias tampoco han mencionado la existencia de entidades islámicas tan influyentes y amenazadoras como la Liga Árabe Europea, un detestable grupo para el cual la asimilación de los musulmanes en el contexto europeo equivaldría a la violación, o el Consejo Europeo de Fetuas, presidido por el líder “espiritual” de los Hermanos Musulmanes, Yusuf al-Qaradawi, quien aprueba el terrorismo suicida contra civiles israelíes y ha declarado públicamente que “el islam conquistará Europa”.

También han estado ausentes de esos comentarios las alarmantes declaraciones hechas por líderes musulmanes europeos en el encuentro “Musulmanes en Europa”, que acompañó a la inauguración de la nueva mezquita de Granada el 10 de julio de 2003. El orador principal en aquel encuentro pretendidamente “ecuménico”, el dirigente musulmán español Umar Ibrahim Vadillo, exhortó a los musulmanes a procurar el hundimiento económico de las economías occidentales (mediante el abandono de las monedas occidentales y su sustitución por el dinar de oro), mientras que el dirigente musulmán alemán Abu Bakr Rieger instó a los asistentes a no adaptar sus prácticas religiosas islámicas para conciliarlas con los valores europeos (¿quería decir de la Ilustración occidental?).

Finalmente, ninguna de las crónicas exculpatorias se ha hecho eco, ni menos aún ha extraído consecuencias, de los preocupantes resultados de una encuesta llevada a cabo entre musulmanes británicos poco después de los atentados del pasado 7 de julio en Londres. Dicha encuesta reveló que uno de cada tres musulmanes británicos no tenía inconveniente en reconocer que “la sociedad ocidental es decadente e inmoral y (...) los musulmanes deberían acabar con ella”, expresando ostensiblemente su deseo de reemplazar la democracia liberal que hoy existe en Gran Bretaña por un modelo teocrático basado en la sharía.

El filósofo francés Alain Finkielkraut ha señalado con acierto que es una reductio ad absurdum visualizar la “dimensión social” de los disturbios de Francia de manera exclusiva (y obsesiva) como

una revuelta de jóvenes de los barrios periféricos contra su situación, contra la discriminación que padecen, contra el desempleo. El problema es que la mayoría de esos jóvenes son negros o árabes de identidad musulmana (...) en Francia viven también otros inmigrantes en situación difícil –chinos, vietnamitas, portugueses–, y no están participando en los disturbios. Está claro, por lo tanto, que esta revuelta tiene un carácter etnorreligioso.

A pesar de las notables observaciones de Finkielkraut, y otras de los pocos periodistas a los que atinadamente ha aplaudido Melanie Phillips por el mero hecho de tener “la cabeza vuelta hacia donde deben”, la propia Phillips ha alertado contra esa mentalidad dominante que pretende negar la verdad a base de vituperios y sustituir la realidad por fantasías.

Quizá haya sido Amir Taheri quien ha citado los ejemplos más inquietantes de esa proclividad al cultivo de fantasías tan ajenas a la historia como peligrosas. Hemos asistido a la resurrección de dos invenciones míticas de un supuesto régimen islámico “ecuménico” en Europa: el “paraíso andalusí” de la España musulmana y el antiguo sistema otomano del millet (referido sobre todo a Europa Oriental, y principalmente a los Balcanes). Cuenta Taheri que Gilles Kepel, actualmente consejero del presidente Chirac para asuntos islámicos (¡a pesar de haber sostenido antes del 11-S que el yihadismo estaba acabado en el conjunto de la umma musulmana!), ha recomendado la creación de una moderna Andalucía,

en la que cristianos y musulmanes vivirían juntos y cooperarían para crear una nueva síntesis cultural.

Desdichadamente es Taheri, y no Kepel, el consejero de Chirac, quien tiene la sensatez de plantearse la cuestión crítica del poder político soberano, preguntando: “(...) ¿quién gobernará esta nueva Andalucía, los musulmanes o los franceses mayoritariamente laicistas?”. Otros pensadores ofuscados “incluso están pidiendo que las zonas en donde los musulmanes constituyen la mayoría de la población se reorganicen según el sistema del millet del imperio otomano: cada comunidad religiosa (millet) disfrutaría del derecho a organizar su vida social, cultural y educativa con arreglo a sus creencias religiosas”, escribe Taheri.


La “síntesis cultural” andaluza y el “tolerante” sistema otomano del millet *

Andalucía sin camuflaje

La Península Ibérica fue conquistada entre el 710 y el 716 d.C. por tribus árabes que tenían su origen en el norte, centro y sur de Arabia. La conquista fue una yihad clásica, profusamente acompañada de actos de pillaje, esclavización, deportación y matanza. La mayoría de las iglesias quedaron convertidas en mezquitas. A continuación hubo un proceso masivo de inmigración y colonización árabe y beréber. Toledo, que había empezado sometiéndose a los árabes en el 711 o el 712, se rebeló en el 713; la ciudad fue castigada con el saqueo, y degollados todos sus notables. En el 730 fue asolada la Cerdaña (parte de la Septimania cercana a Barcelona) y quemado vivo un obispo. En las regiones donde se estabilizó el control islámico, los judíos y cristianos no convertidos al islam, los llamados dhimmíes, quedaron sojuzgados como en el resto de los territorios islámicos: se les prohibió edificar nuevas iglesias o sinagogas y restaurar las antiguas. Segregados en barrios especiales, tenían que vestir ropa distintiva. El campesinado cristiano, sometido a fuertes impuestos, formó una clase servil explotada por las elites árabes dominantes; muchos abandonaron las tierras y escaparon a las ciudades. Las peticiones de auxilio de los mozárabes (los dhimmíes cristianos) a los monarcas cristianos desataron severísimas represalias, con mutilaciones y crucifixiones. Además, bastaba con que un solo dhimmí dañara a un musulmán para que la comunidad entera perdiera su estatuto de protegida y quedara expuesta al expolio, la esclavización y la matanza arbitraria.

Al finalizar el siglo VIII, los gobernantes del norte de África y de Al-Andalus implantaron la rigurosa jurisprudencia malikí como escuela hegemónica del derecho musulmán. Como hace tres cuartos de siglo observara Evariste Lévi-Provençal:

El estado musulmán andalusí aparece así desde sus primeros orígenes como defensor y adalid de una celosa ortodoxia, cada vez más osificada en el respeto ciego a una doctrina rígida, que desconfiaba del más mínimo esfuerzo de especulación racional y lo condenaba de antemano.

Charles-Emmanuel Dufourcq da estos ejemplos ilustrativos de las consiguientes discriminaciones religiosas y legales que sufrían los dhimmíes, y los incentivos a convertirse al islam:

(...) la libertad de los “infieles” estaba constantemente amenazada. Sobre el dhimmí que no pagase la tasa de capitación podían caer todas las penas islámicas aplicables al deudor que no restituyera al acreedor; el infractor podía ser vendido como esclavo o incluso condenado a muerte. Y no sólo eso, sino que el impago del impuesto por uno o varios dhimmíes –sobre todo si era fraudulento– otorgaba a la autoridad musulmana poderes discrecionales para liquidar la autonomía de la comunidad a la que pertenecieran el o los culpables. En consecuencia, de un día al siguiente todos los cristianos de una ciudad podían perder su estatuto de pueblo protegido por culpa de uno solo de ellos. Todo podía ser revocado, incluida la libertad personal (...). El impago del tributo legal no era tampoco el único motivo de abrogación del estatuto de la “Gente del Libro”; otro era el “ultraje público a la fe musulmana”, por ejemplo dejar a la vista de los musulmanes una cruz, o vino, o incluso cerdos.

(...) convirtiéndose [al islam] ya no había por qué vivir confinado en un determinado distrito, ni ser víctima de medidas discriminatorias ni sufrir humillaciones (...). Además, toda la ley islámica tendía a favorecer las conversiones. Cuando un “infiel” se hacía musulmán, inmediatamente se beneficiaba de una amnistía completa de todos sus delitos pasados, aunque hubiera sido sentenciado a la pena capital, aunque fuera por haber insultado al Profeta o blasfemado contra la Palabra de Dios: la conversión le absolvía de todas sus faltas, de todos sus pecados anteriores. Resulta muy instructiva un dictamen dado por un muftí de Al-Andalus en el siglo IX: un dhimmí cristiano raptó y violó a una musulmana; habiendo sido prendido y condenado a muerte, al instante se convirtió al islam, y automáticamente fue perdonado, aunque se le obligó a casarse con la mujer y a aportarle una dote proporcionada a su posición social. El muftí consultado acerca del caso, tal vez por un hermano de la víctima, dictaminó que la decisión judicial era absolutamente conforme a derecho, pero especificó que si el converso no se hubiera hecho musulmán de buena fe, y en secreto siguiera siendo cristiano, entonces debería ser azotado y ejecutado por crucifixión (...).

Al-Andalus representó la tierra de yihad por excelencia. Cada año se lanzaban incursiones (o varias veces al año en forma de razzias “estacionales” [ghazwa]) a asolar los reinos cristianos del norte peninsular, la región vasca o Francia y el valle del Ródano, incursiones que volvían cargadas de botín y esclavos. Corsarios andalusíes atacaban e invadían las costas de Sicilia y de Italia, y hasta las islas del mar Egeo, saqueando e incendiando a su paso. Fueron muchos miles los cautivos no musulmanes deportados a Al-Andalus, donde el califa mantenía una milicia de decenas de miles de esclavos cristianos traídos de todas las partes de la Europa cristiana (los saqaliba), y un harén de cristianas capturadas.

La sociedad estaba nítidamente dividida por líneas de demarcación étnicas y religiosas, con las tribus árabes en la cima de la jerarquía, seguidas por los beréberes, a quienes nunca se reconoció como iguales a pesar de su islamización. Más abajo estaban los conversos o muladíes, y en lo ínfimo de la escala los dhimmíes cristianos y judíos. Hacia el año 1100, el jurista malikí andaluz Ibn Abdun (m. 1134) daba estos reveladores dictámenes en relación con los judíos y cristianos de Sevilla:

No se debe consentir que ningún (...) judío ni cristiano lleve atuendo de persona honorable, ni de jurista, ni de hombre pudiente; por el contrario, deben ser detestados y rehuidos. Está prohibido [saludarlos] con la [expresión] “La paz sea contigo”. Pues en efecto, “El Demonio se ha apoderado de ellos y les ha hecho olvidarse del recuerdo de Dios. Ésos son el partido del Demonio. Y ¿no son los del partido del Demonio los que pierden?” (Corán 58:19 [trad. esp. de Cortés]). Debe imponérseles una señal distintiva para poderlos reconocer, y será para ellos una forma de oprobio.

Otro destacado jurisconsulto andaluz, Ibn Hazm de Córdoba (m. 1064), escribió que si Alá había dispuesto que los infieles poseyeran bienes era únicamente para proveer de botín a los musulmanes.

En Granada los visires judíos Samuel Ibn Nagrila y su hijo José, que protegieron a la comunidad judía, murieron asesinados entre 1056 y 1066, y su muerte fue seguida de la aniquilación de la población judía a manos de los musulmanes del lugar. Se calcula que hasta cinco mil judíos perecieron en el pogrom musulmán que acompañó al asesinato de 1066. Esa cifra iguala o supera a la de judíos presuntamente asesinados por los cruzados en su pillaje de la Renania unos treinta años después, al comienzo de la Primera Cruzada. Es probable que al pogrom de Granada incitara, entre otras cosas, la acerba oda antijudía de Abu Ishaq, célebre jurista y poeta musulmán de la época, que había escrito:

Abajadlos a su sitio y que vuelvan a lo más abyecto. Antes erraban harapientos, cubiertos de desprecio, humillación y desdén. Revolvían en los estercoleros buscando un trapo sucio para sudario con que enterrarse (...). No penséis que matarlos sea traición; traición sería dejar que se burlen. [El traductor resume a continuación: “Los judíos han quebrantado su pacto (es decir, se han propasado, en alusión al Pacto de Omar) y la compunción estaría fuera de lugar”.]

Las políticas discriminatorias de los musulmanes beréberes almorávides (llegados a España en 1086), y posteriormente las de los todavía más fanatizados y violentos musulmanes beréberes almohades (llegados a España en 1146-1147), mermaron rápidamente las comunidades preislámicas de cristianos ibéricos (mozárabes), poniéndolas al borde de la extinción. La actitud de los almorávides hacia los mozárabes queda bien reflejada en las tres expulsiones sucesivas de éstos a Marruecos, en 1106, 1126 y 1138. Los mozárabes oprimidos mandaron emisarios al rey de Aragón Alfonso I el Batallador (1104-1134), pidiendo que acudiera en su auxilio y los liberase de los almorávides. Tras la campaña que el rey de Aragón libró en Andalucía en 1125-1126 en respuesta a las súplicas de los mozárabes de Granada, éstos fueron deportados en masa a Marruecos en el otoño de 1126.

Los almohades (1130-1232) hicieron tremendos estragos en las poblaciones judía y cristiana de España y el norte de África. Su vandalismo –matanzas, cautiverios y conversiones forzosas– está descrito por el cronista judío Abraham Ibn Daud y el poeta Abraham Ibn Ezra. Desconfiando de la sinceridad de los judíos convertidos al islam, “inquisidores” musulmanes (es decir, adelantados en tres siglos a sus homólogos cristianos españoles) separaban a los niños de esas familias y los confiaban a educadores musulmanes. El famoso filósofo y médico Maimónides experimentó las persecuciones almohades, y tuvo que huir de Córdoba con toda su familia en 1148, para residir temporalmente en Fez (haciéndose pasar por musulmán) antes de encontrar asilo en el Egipto fatimí. Es un hecho que, a pesar de la frecuencia con que se cita a Maimónides como parangón de las cimas que pudo alcanzar la cultura judía gracias al gobierno ilustrado de Al-Andalus, sus propias palabras echan por tierra esa visión utópica del trato que dispensaban los musulmanes a los judíos:

(...) los árabes nos han perseguido con severidad, y han promulgado legislación funesta y discriminatoria contra nosotros (...). Nunca hubo nación que nos acosara, degradara, rebajara ni odiara como ellos (...).


[El artículo de Bostom continúa en el post siguiente.]

Etiquetas: , , , , , , ,

Bostom: El atolladero de Eurabia inspira "soluciones" míticas (y II)

[Damos a continuación la segunda y última parte del artículo de Andrew G. Bostom:]

El “tolerante” sistema del millet – de yihad otomana a dhimmitud otomana

También el erudito turco Halil Inalcik, estudioso contemporáneo de la historia otomana, ha subrayado la importancia del celo religioso musulmán, expresado a través de la yihad, como motivación primaria de las conquistas de los turcos otomanos:

El ideal de la ghazwa o Guerra Santa fue un factor importante en la fundación y el desarrollo del estado otomano. La sociedad de los principados fronterizos se conformó a un particular patrón cultural imbuido del ideal de la Guerra Santa continua y la continua expansión del Dar ul Islam, de las tierras del islam, hasta que cubrieran el mundo entero.

Alentadas por teólogos musulmanes piadosos, aquellas ghazi fueron la vanguardia de las conquistas yihadistas tanto selyúcidas como otomanas. A. E. Vacalopoulos pone de relieve el papel de los derviches durante las campañas otomanas:

(...) derviches fanáticos y otros líderes musulmanes devotos (...) trabajaban constantemente por la diseminación del islam. Venían haciéndolo desde los albores del estado otomano, y habían desempeñado un importante papel en la consolidación y extensión del islam. Estos derviches fueron particularmente activos en las regiones despobladas de las fronteras orientales. Allí se establecían con sus familias, atraían a otros colonos, y de ese modo pasaban a ser los virtuales fundadores de nuevos centros de población, cuyos habitantes invariablemente mostraban las mismas cualidades de hondo fervor religioso. Desde aquellos lugares los derviches o sus agentes partían a alistarse en nuevas empresas militares por la extensión del estado islámico. A cambio el estado les concedía tierra y privilegios en condiciones generosas, sin otras exigencias que las de cultivar la tierra y asegurar las comunicaciones.

La islamización de Asia Menor se complementó con campañas paralelas y subsiguientes de la yihad otomana en los Balcanes. Vacalopoulos, comentando las primeras incursiones otomanas en Tracia a mediados del siglo XIV, y Dimitar Angelov, dentro de una visión general que destaca las campañas posteriores de Murat II (1421-1451) y Mehmet II (1451-1481), ilustran el impacto de la yihad otomana en las poblaciones balcánicas vencidas:

Desde el principio de la ofensiva turca [en Tracia] bajo Suleiman [hijo del sultán Orján], los turcos trataron de consolidar su posición mediante la imposición forzosa del islamismo. Si hemos de creer a [el historiador otomano] Sukrullah, los que se negaban a abrazar la fe mahometana eran pasados a cuchillo, y esclavizadas sus familias. “Allí donde había campanas”, escribe el mismo autor [esto es, Sukrullah], “Suleiman las hizo pedazos y las echó al fuego. Allí donde había iglesias las destruyó o las convirtió en mezquitas. De ese modo, en vez de campanas pasó a haber muecines. Dondequiera que todavía se encontraran infieles cristianos, se impuso vasallaje a sus dirigentes. Al menos en público ya no pudieron decir “kyrie eleison”, sino “No hay otro dios que Alá”; y allí donde antes sus plegarias iban dirigidas a Cristo, a partir de entonces lo fueron a “Mahoma, el profeta de Alá”.

(...) la conquista de la Península Balcánica completada por los turcos en un par de siglos causó una destrucción incalculable de bienes materiales, innumerables matanzas, la esclavización y el exilio de una gran parte de la población; en suma, un declive general y prolongado de la productividad, como fuera el caso de Asia Menor después de ser ocupada por los mismos invasores. Ese declive de la productividad es tanto más llamativo si se recuerda que a mediados del siglo XIV, cuando los otomanos sentaron sus primeras bases en la península, los estados allí existentes –Bizancio, Bulgaria y Serbia– habían alcanzado ya un nivel bastante alto de desarrollo económico y cultural. (...) Las campañas de Murat II (1421-1451), y sobre todo las de su sucesor, Mehmet II (1451-1481), en Serbia, Bosnia, Albania y el principado bizantino del Peloponeso, fueron particularmente devastadoras. Durante la campaña que los turcos libraron en Serbia en 1455-1456, Belgrado, Novo-Bardo y otras ciudades fueron en gran parte arrasadas. La invasión turca de Albania en el verano de 1459 causó enormes estragos. Según la crónica que escribió de ella Kritobulos, los invasores destruyeron la totalidad de la cosecha y arrasaron las ciudades fortificadas que habían capturado. El país se vio afligido por nuevas devastaciones cuando en 1466 los albaneses, tras una resistencia heroica, tuvieron que replegarse a las regiones más inaccesibles para continuar desde allí la lucha. También fueron muchas las ciudades reducidas a ruinas en el curso de la campaña que Mehmet II dirigió en 1463 contra Bosnia, entre ellas Yaytzé, la capital del reino. (...) Pero fue el Peloponeso el más quebrantado por las invasiones turcas. En 1446 lo tomaron los ejércitos de Murat II, que destruyeron gran número de lugares e hicieron miles de prisioneros. Doce años después, en el verano de 1458, la Península Balcánica fue invadida por un enorme ejército turco bajo el mando de Mehmet II y su lugarteniente Mahmud Bajá. Corinto cayó tras cuatro meses de asedio; sus murallas fueron arrasadas, y destruidos muchos edificios que el sultán consideró inútiles. La descripción que hace Kritobulos de las campañas otomanas revela claramente la enorme destrucción perpetrada por los invasores en estas regiones. Dos años más tarde irrumpió un nuevo ejército turco en el Peloponeso; esta vez fueron asoladas Gardiki y otras localidades. Finalmente, en 1464 la saña destructora de los invasores se abatió por tercera vez sobre el Peloponeso. Fue entonces cuando los otomanos presentaron batalla a los venecianos y demolieron la ciudad de Argos hasta los cimientos.

A la hora de examinar qué trato recibieron las poblaciones no musulmanas vencidas por la yihad otomana resulta útil empezar por los judíos, la población menos numerosa, y de la que además es creencia extendida que tuvo una experiencia bastante positiva. Joseph Hacker estudió la suerte de los judíos durante su absorción inicial en el imperio otomano en los siglos XV y XVI. Su investigación pone en entredicho la idea acrítica de que la “experiencia judía” en el imperio otomano fuera desde el principio “tranquila, pacífica y fructífera”. Señala Hacker:

(...) A mi juicio esta tesis establecida de la continuidad de buenas relaciones entre los otomanos y los judíos durante el siglo XV debe ser modificada a la luz de las nuevas investigaciones y fuentes manuscritas.

Los judíos, como otros habitantes del imperio bizantino, pagaron un alto precio por las conquistas de la yihad otomana y las políticas de colonización y deportación de poblaciones (el sistema del surgun). Se explica así la desaparición de varias comunidades hebraicas, entre ellas la de Salónica, y su refundación por judíos inmigrantes de España. Hacker señala concretamente:

(...) Tenemos cartas escritas sobre las vicisitudes de los judíos que vivieron una u otra de las conquistas otomanas. En una de tales cartas, anterior a 1470, se describe la suerte de uno de esos judíos y su comunidad; según esa descripción, escrita en Rodas y enviada a Creta, el destino de los judíos no fue distinto del de los cristianos. Muchos perdieron la vida; otros fueron hechos cautivos; y los niños fueron [esclavizados, convertidos a la fuerza al islam y] entregados al devshirme (...). Hay cartas que refieren el traslado de los judíos cautivos a Estambul y están llenas de animadversión hacia los otomanos. Conocemos asimismo la suerte de un médico y homilista judío de Veroia (Kara-Ferya) que huyó a Negroponte cuando su comunidad fue condenada al exilio en 1455; él nos dejó una descripción de los desterrados y de su traslado forzoso a Estambul. Más adelante lo encontramos en la misma Estambul, donde en 1468 expresó abiertamente su animosidad contra los otomanos en una homilía. También está documentado que los judíos de Constantinopla no salieron indemnes de la conquista de la ciudad, y que varios fueron vendidos como esclavos.

Hacker expone sucintamente tres conclusiones: 1) En algunos círculos judeo-bizantinos prevaleció una fuerte animadversión hacia los otomanos en las décadas siguientes a la caída de Constantinopla, animadversión expresada abiertamente por quienes vivían bajo régimen latino, y hasta cierto punto incluso en Estambul. 2) Las políticas de Mehmet II respecto a los no musulmanes hicieron posible un sustancial desarrollo económico y social de las comunidades judías en el imperio, y especialmente en la capital, Estambul. Mehmet II las protegió frente al odio popular, y particularmente frente a los libelos de sangre. Pero esa política no halló continuador en Bayaceto II, bajo cuyo régimen hay indicios de que los judíos sufrieron graves restricciones en su vida religiosa. 3) Las políticas amistosas de Mehmet por una parte, y la buena acogida dispensada por Bayaceto II a la judería española por otra, hicieron que los autores judíos del siglo XVI pasaran por alto tanto la destrucción sufrida por la judería bizantina durante las conquistas otomanas como los subsiguientes rebrotes de opresión bajo Bayaceto II y Selim I.

Ivo Andric analizó la condición de raya (“rebaño” o “apacentar un rebaño”) o dhimmitud impuesta a la población cristiana autóctona de Bosnia durante cuatro siglos. Los cristianos nativos que se negaron a apostatar al islam quedaron sujetos al Kanun-i-Rayah otomano, que no hacía sino reiterar los preceptos básicos de la dhimmitud formulados originalmente por juristas y teólogos musulmanes de los siglos VII y VIII. La exposición de Andric pasa revista a

un caudal de pruebas irrefutables de que los principales puntos del Kanun, los que más incidían en la vida moral y económica de los cristianos, se mantuvieron plenamente vigentes hasta el final de la dominación turca y mientras los turcos pudieron aplicarlos (...) [por ello] era inevitable que los rayas decayeran a un status económicamente inferior y dependiente.

Andric cita un proverbio de los bosnios musulmanes y una canción de alabanza a Bayaceto II, que coinciden en reflejar actitudes musulmanas hacia los raya cristianos:

[proverbio] “El raya es como la hierba, que por mucho que la siegues vuelve a salir.”

[canción] “Después que quebraste los cuernos de Bosnia / segaste lo que no se dejaba podar, / y perdonaste sólo a la chusma / para que alguien nos sirviera / y gimiera ante la cruz.”

Esas condiciones generales de discriminación se exacerbaron cada vez que Bosnia sirvió de campo de batalla o zona de acantonamiento durante dos siglos de razzias otomanas y campañas organizadas de yihad contra Hungría. Agobiados por los impuestos excesivos y el trabajo forzoso,

(...) los cristianos empezaron, por consiguiente, a abandonar las casas y los campos que poseían en terreno llano y a lo largo de los caminos, replegándose a las montañas. Y a medida que se iban trasladando a tierras cada vez más altas e inaccesibles, los musulmanes ocupaban los lugares que les habían pertenecido.

Por su parte, los cristianos de las ciudades soportaban las trabas que el régimen del raya ponía a la actividad mercantil de los no musulmanes:

Desde el principio el islam excluyó del sistema productivo y comercial actividades tales como la producción de vino, la cría de cerdos y la venta de productos porcinos. Pero a los cristianos bosnios se les prohibía también ser guarnicioneros, curtidores o cereros, así como traficar en miel, mantequilla y otros artículos. En todo el país el único día de mercado legal era el domingo. Deliberadamente se puso así a los cristianos en el dilema de incumplir los preceptos de su religión al mantener abiertas sus tiendas y trabajar en domingo, o retirarse del mercado con el consiguiente perjuicio material. Todavía en 1850 encontramos a Jukic, en sus “Deseos y ruegos”, suplicando a “su Gracia Imperial” que se derogue la norma de ser el domingo el día de mercado.

Sobre los cristianos pesaba asimismo una carga tributaria desproporcionada en relación con la de los musulmanes, incluida la tasa de capitación intencionadamente degradante.

Esa tasa debía pagarla todo varón no musulmán mayor de catorce años, a razón de un ducado anual. Pero como en Turquía nunca había existido un registro de nacimientos, el funcionario encargado de cobrarla tomaba las medidas de cabeza y cuello de cada muchacho con un cordel, y de ahí juzgaba si había llegado a la edad de tributar o no. Empezando como un abuso que pronto pasó a ser hábito extendido y finalmente costumbre arraigada, en el último siglo de la dominación turca todos los muchachos sin distinción tuvieron que pagar la tasa. Y parece que ese abuso no era el único. De Alí Bajá Stocevic, que en la primera mitad del siglo XIX fue visir y prácticamente señor absoluto de Herzegovina, su contemporáneo el monje Prokopije Cokorilo escribió que “cobraba el impuesto de los muertos hasta seis años después del fallecimiento”, y que sus recaudadores “pasaban la mano por el vientre de las mujeres embarazadas y les decían: ‘Se nota que va a ser niño, así que paga la tasa ya”. Hay un dicho popular bosnio que revela cómo se cobraban los impuestos: “Está gordo como si viniera de recaudar impuestos en Bosnia”.

Las cláusulas específicas del Kanun-i-Rayah que prohibían a los rayas montar en caballo ensillado, llevar sable o arma de otra clase dentro o fuera de casa, vender vino, dejarse crecer el pelo o vestir faja ancha se cumplieron rigurosamente hasta mediado el siglo XIX. En 1794 Hussamudin Bajá dictó una ordenanza que prescribía el color exacto y el tipo de prendas que debían vestir los raya bosnios. Los barberos tenían prohibido afeitar a musulmanes con las mismas cuchillas que a cristianos. Incluso en los baños era preceptivo marcar las toallas y los albornoces de los cristianos, para no lavarlos juntamente con los de los musulmanes. Por lo menos hasta 1850, y en algunas partes de Bosnia hasta bien entrada la década de 1860, el cristiano que se cruzara en el camino con un musulmán tenía que desmontar de su caballería (sin silla) y retirarse a la cuneta hasta que el musulmán hubiera pasado.

Señala Andric que el símbolo más llamativo y sonoro del cristianismo, las campanas de las iglesias, fue siempre objeto de la vigilancia atenta y reprobatoria de los turcos, y que “allí donde alcanzaban sus invasiones, abajo iban las campanas, para ser destruidas o fundidas para hacer cañones”. Como era de prever:

Hasta la segunda mitad del siglo XIX “nadie en Bosnia pudo pensar siquiera en tener campanas ni campanarios”. Hubo que esperar a 1860 para que un sacerdote de Sarajevo, Fra Grgo Martic, consiguiera permiso de Topal Osmán Bajá para poner una campana en la iglesia de Kresevo. Permiso otorgado, de todos modos, sólo bajo la condición de que “al principio se tañera la campana débilmente, para que los turcos pudieran ir acostumbrándose poco a poco”. Y aun así, todavía en 1875 los musulmanes de Kresevo se quejaban a Sarajevo de que “oídos turcos y toque de campanas no pueden coexistir en un mismo lugar y tiempo”, y las musulmanas golpeaban sus cacerolas de cobre para ahogar el sonido (...) el 30 de abril de 1872 también la nueva iglesia ortodoxa serbia estrenó una campana. Pero dado que los (...) musulmanes habían amenazado con disturbios, hubo que llamar al ejército para que la ceremonia se desarrollara sin incidentes.

La imposición de ese tipo de restricciones, observa Andric, no se limitaba a las ceremonias eclesiásticas, según refleja un aviso de la iglesia ortodoxa serbia de Sarajevo que en 1794 exhortaba a los cristianos a no

(...) cantar cuando (...) salieran de excursión, ni en sus casas, ni en otros lugares. El dicho “No cantes muy fuerte que este pueblo es turco” testifica elocuentemente de que ese aspecto del Kanun [-i-Rayah] se aplicaba tanto fuera como dentro de la vida eclesial.

Y Andric concluye:

(...) para sus súbditos cristianos, su hegemonía [la de los turcos otomanos] brutalizó las costumbres y significó un retroceso en todos los aspectos.

El cónsul británico en Esmirna Paul Ricaut viajó extensamente por el imperio otomano a mediados del siglo XVII y fue un agudo observador de su ambiente sociopolítico. En 1679 (es decir, antes de que los otomanos fueran rechazados en Viena en septiembre de 1683; véase lo que decimos más adelante sobre la “tolerancia” otomana), Ricaut publicó estas importantes observaciones: 1) muchos cristianos eran desalojados de sus iglesias, que los turcos otomanos convertían en mezquitas; 2) los “Misterios del Altar” se escondían en bóvedas y sepulcros subterráneos cuya cubierta apenas sobresaliera del suelo; 3) por miedo a la hostilidad y la opresión turca, los sacerdotes cristianos, particularmente en las regiones orientales de Asia Menor, tenían que rodearse de grandes precauciones y oficiar con disimulo en privado; 4) comprensiblemente, muchos cristianos apostataban al islam para librarse de aquel régimen.

El fenómeno de la conversión forzosa, incluidas las conversiones en masa por decreto, perduró durante todo el siglo XVI, como refiere Constantelos en su análisis del neomartirio en el imperio otomano:

(...) están documentadas conversiones forzosas en masa bajo los califatos de Selim I (1512-1520), (...) Selim II (1566-1574) y Murad III (1574-1595). Con ocasión de algún aniversario, por ejemplo el de la toma de una ciudad, o de una fiesta nacional, se obligaba a muchos rayas a apostatar. El día de la circuncisión de Mohammed III se obligó a grandes números de cristianos (albaneses, griegos, eslavos) a abrazar el islam.

Repasando el martirologio de cristianos victimizados por los otomanos entre la conquista de Constantinopla (1453) y las fases finales de la guerra de la independencia griega (1828), Constantelos escribe:

(...) los turcos otomanos condenaron a muerte a once patriarcas ecuménicos de Constantinopla, casi un centenar de obispos y varios millares de sacerdotes, diáconos y monjes. Es imposible determinar con certeza a cuántos clérigos se obligó a apostatar.

Pero los casos más mundanos que Constantelos pone como ejemplo son igualmente ilustrativos de la penosa situación de los cristianos bajo el poder otomano, hasta 1867 por lo menos:

A algunos se les acusaba de ultrajar la fe musulmana o arrojar algo contra el muro de una mezquita. Otros eran acusados de hacer insinuaciones sexuales a turcos, otros de declarar en público “Voy a hacerme musulmán” sin tener esa intención.

Constantelos concluye:

La historia de los neomártires indica que en el imperio otomano no hubo libertad de conciencia, y que el estado nunca cejó en la persecución religiosa. La justicia dependía del capricho de los jueces y de la plebe, y se administraba con una doble vara de medir, indulgente para los musulmanes y severa para los cristianos y otros. La idea de que los otomanos practicaron una política de tolerancia religiosa para favorecer la fusión de los turcos con las poblaciones conquistadas no tiene fundamento en los hechos.

Los expertos que siguen sosteniendo la rosácea leyenda de la “tolerancia” otomana, la idea de una “tolerancia sin problemas, fundada en la presunción no sólo de una religión superior, sino también de un poder superior”, que, según nos cuentan, habría persistido en el imperio otomano hasta el final del siglo XVII (es decir, después de la derrota de los turcos frente a Viena en 1683), deben dar respuesta a ciertas preguntas básicas. ¿Por qué el tan brutal sistema otomano del devshirme o jenízaros, que desde mediados o finales del siglo XIV hasta comienzos del XVIII esclavizó y convirtió por la fuerza al islam a entre medio millón y un millón de muchachos no musulmanes (principalmente cristianos de los Balcanes), se ha presentado exclusivamente como una forma benigna de promoción social, envidiada por las familias otomanas que “no podían aspirar a ella” por ser musulmanas? Por ejemplo:

El papel que desempeñaron los muchachos cristianos de los Balcanes reclutados para el servicio otomano a través del devshirme es bien conocido. Fueron incontables los que ingresaron en el aparato militar y burocrático otomano, que durante algún tiempo vino a estar dominado por aquellos nuevos reclutas en el estado otomano y la fe musulmana. Ese ascendiente de los europeos balcánicos en la estructura de poder otomana no pasó inadvertido, y hubo muchas quejas procedentes de otros elementos, a veces de los esclavos caucasianos que eran sus principales competidores, y más ruidosas de los musulmanes viejos y libres, que se sentían preteridos por la preferencia mostrada hacia los esclavos recién convertidos. Los especialistas que han llevado a cabo estudios serios y minuciosos del sistema del devshirme o jenízaros no comparten esas visiones hagiográficas de aquella institución otomana. De Speros Vryonis, Jr., por ejemplo, son estas observaciones, deliberadamente moderadas pero oportunas:

(...) al tratar del devshirme estamos hablando de la gran cantidad de cristianos que, a pesar de las ventajas materiales que ofrecía la conversión al islam, prefirieron seguir perteneciendo a una sociedad religiosa a la que se le negaba la ciudadanía de primera clase. Por consiguiente, la tesis que proponen algunos historiadores, en el sentido de que los cristianos agradecían el devshirme porque abría maravillosas oportunidades para sus hijos, no casa con el hecho de que esos cristianos no hubieran querido hacerse musulmanes en primera instancia, sino seguir siendo cristianos (...) hay abundantes testimonios de la muy activa repugnancia con que veían partir a sus hijos. Y no otra cosa era de esperar, dada la fuerza de los lazos familiares y dado también el fuerte apego al cristianismo de quienes no habían apostatado al islam (...). En primer lugar los otomanos capitalizaban el temor general de los cristianos a perder a sus hijos, y ofrecían exenciones del devshirme como moneda de cambio a la hora de negociar la rendición de tierras cristianas. Tales exenciones formaron parte de las condiciones de capitulación concedidas a Jannina, Galata, la Morea, Quíos, etc. (...) También hubo cristianos que por desempeñar actividades especializadas que eran importantes para el estado otomano se vieron eximidos del tributo de sus hijos, en reconocimiento de la importancia de sus quehaceres para el imperio (...). La exención de este tributo se consideraba un privilegio, no una pena (...).

(...) hay otros documentos que evidencian de manera mucho más explícita su repugnancia [la de los cristianos]. Incluyen una serie de documentos otomanos referentes a situaciones específicas en las que los propios devshirmes han escapado de los funcionarios encargados de ir a buscarlos (...). Un firman (...) de 1601 [sobre el devshirme] faculta a los funcionarios [otomanos] para aplicar severas medidas coercitivas, lo que indica que no todos los padres se avenían a desprenderse de sus hijos:

“(...) para dar ejecución a lo que ordena la conocida y santa fetua de Seyhul [Sheikh]-Islam. De conformidad con esto, cuando alguno de los padres infieles o cualquier otro opusiere resistencia a la entrega de su hijo para los Jenízaros, sea inmediatamente ahorcado del marco de su puerta, teniéndose su sangre por indigna.”

Vasiliki Papoulia pone de relieve la oposición continua y desesperada, a menudo violenta, de las poblaciones cristianas a esta leva otomana impuesta por la fuerza:

Es evidente que la población soportaba muy mal (...) esta medida [y la leva] sólo podía hacerse por la fuerza. Quienes se negaban a entregar a sus hijos –los más sanos, los más apuestos y los más inteligentes- eran ahorcados directamente. A pesar de ello, conocemos ejemplos de resistencia armada. En 1565 hubo una rebelión en el Epiro y Albania. La población dio muerte a los oficiales de reclutamiento, y para sofocar la revuelta el sultán tuvo que enviar a quinientos jenízaros en apoyo del sanjak-bey local. Gracias a los archivos históricos de Yerroia estamos mejor informados sobre el levantamiento de Naousa en 1705, cuyos habitantes mataron al Silahdar Ahmed Celebi y sus auxiliares y huyeron a las montañas en rebeldía. Algunos fueron más tarde apresados y ejecutados.

Ante la imposibilidad de escapar [a la leva], la población recurría a diversos subterfugios. Algunos se iban del pueblo a ciertas ciudades que estaban exentas de la leva de niños, o migraban a territorio veneciano. El resultado fue una despoblación del campo. Otros casaban a sus hijos a edad temprana. (...) Nicephorus Angelus (...) afirma que en ocasiones los muchachos huían por propia iniciativa, pero al saber que las autoridades habían detenido a sus padres y los torturaban hasta morir volvían y se entregaban. La Giulletiere cita el caso de un joven ateniense que salió de su escondite para salvar la vida de su padre, y después prefirió morir antes que renunciar a su fe. Según el testimonio de fuentes turcas, hubo incluso padres que consiguieron raptar a sus hijos una vez reclutados. Lo más eficaz para sustraerse a la leva era el soborno. Que estaba muy extendido se deduce de las fuertes sumas que el sultán confiscaba de funcionarios (...) corruptos. Finalmente, había padres desesperados que hasta apelaban al Papa y a las potencias occidentales en demanda de auxilio.

Papoulia acaba diciendo:

(...) no cabe duda de que este oneroso tributo fue una de las tribulaciones más amargas de la población cristiana.

¿Por qué las reformas del Tanzimat, encaminadas a derogar la versión otomana del sistema de dhimmitud, hubieron de ser impuestas por las potencias europeas mediante tratados, en forma de “capitulaciones” subsiguientes a derrotas militares de los turcos, y por qué ni siquiera esas reformas tuvieron aplicación efectiva desde 1839 hasta el hundimiento del imperio otomano tras la Primera Guerra Mundial?

Edouard Engelhardt hizo estas observaciones a partir de su detallado análisis del período del Tanzimat, señalando que pasado un cuarto de siglo desde la guerra de Crimea (1853-1856), y tras la segunda instauración de reformas del Tanzimat, persistían los mismos problemas: “La sociedad musulmana todavía no se ha desprendido de los prejuicios que mantienen a los pueblos conquistados en un estado de subordinación (...) el raya [dhimmí] sigue siendo inferior al osmanlí; la realidad es que no ha sido rehabilitado; el fanatismo de los primeros tiempos no ha disminuido (...) [hasta los musulmanes liberales han rechazado] la igualdad civil y política, esto es, la asimilación de los conquistados a los conquistadores”.

En la década de 1860 los cónsules británicos delegados a lo largo y ancho del imperio otomano llevaron a cabo un examen sistemático de la situación de los raya cristianos, que proporcionó una importante cantidad de testimonios documentales de primera mano. Gran Bretaña era entonces el aliado más poderoso de Turquía, y convenía a sus intereses estratégicos que cesara la opresión de los cristianos, con miras a evitar una intervención armada de Rusia o de Austria. El 22 de julio de 1860 el cónsul James Zohrab remitió un largo informe desde Sarajevo a su embajador en Constantinopla, sir Henry Bulwer, donde analizaba la administración de las provincias de Bosnia y Herzegovina con posterioridad a las reformas del Tanzimat de 1856. Refiriéndose a los intentos de reforma decía Zohrab:

Puedo afirmar sin temor a equivocarme que el Hatti-humayoun prácticamente ha quedado en letra muerta (...) si bien es cierto que no llega a autorizar que se trate a los cristianos como se los trataba antes, sigue siendo intolerable e injusto en la medida en que permite que los musulmanes los expolien con exacciones onerosas. El encarcelamiento por acusaciones falsas es el pan de todos los días. Un cristiano tiene muy pocas posibilidades de demostrar su inocencia cuando su contrario es musulmán (...). Por regla general, se sigue rechazando el testimonio de cristianos (...). Ahora los cristianos pueden poseer bienes raíces, pero los obstáculos que encuentran si tratan de adquirirlos son tantos y tan vejatorios que hasta la fecha muy pocos se han atrevido a arrostrarlos (...). Siendo ésta, en términos generales, la conducta que sigue el Gobierno hacia los cristianos en la capital (Sarajevo) de la provincia donde residen los Agentes Consulares de las distintas Potencias y pueden ejercer algún control, es fácil imaginar lo que sufren los cristianos de los distritos más apartados, gobernados por Mudires [gobernadores] generalmente fanáticos e ignorantes de [las nuevas reformas de] la ley.

En todo el imperio otomano, particularmente en los Balcanes y más tarde en la propia Anatolia, el intento de emancipación de las poblaciones dhimmíes provocó respuestas violentas y sanguinarias contra aquellos “infieles” que osaban reivindicar la igualdad con los musulmanes locales. Las matanzas de los búlgaros (en 1876) y las masacres más extensas de los armenios (1894-1896), que habían de culminar en un auténtico genocidio yihadista contra los armenios durante la Primera Guerra Mundial, compendian esas tendencias. Para hacer efectiva la derogación de las leyes de dhimmitud fue necesario desmantelar el imperio otomano, como finalmente se hizo tras las guerras de independencia de los Balcanes y durante el período del Mandato europeo que siguió a la Primera Guerra Mundial.


Conclusiones

Escribiendo en 1978, Dufourcq (m. 1982), uno de los más eminentes estudiosos del islam europeo, temía (ya entonces) que el revisionismo histórico y cultural del innegable pasado de yihad en la Edad Media de Europa occidental pudiera precipitar una repetición de

(...) el cataclismo ocasionado en nuestro continente [es decir, en Europa] por la penetración islámica hace más de un milenio.

Es una ironía amarga y trágica que los mitos fundacionales del ecumenismo “simbiótico” andalusí y la “tolerancia” otomana, que fueron centrales en la génesis de la patología eurábiga que actualmente se manifiesta en Europa, se invoquen ahora también como fantasías redentoras, a raíz de los disturbios de Francia. Negando toda etiología islámica en los graves problemas que afronta Europa, se engendra así más islam como la “solución”, y se acelera la marcha aparentemente inevitable de Europa hacia la islamización completa, con la implantación de la sharía.

(* Esta sección está tomada de Andrew G. Bostom, The Legacy of Jihad, Prometheus Books, Amherst, 2005, pp. 56-75.)

[Andrew G. Bostom es autor del libro recientemente publicado The Legacy of Jihad:
www.andrewbostom.org ]

Etiquetas: , , , , , , ,