2005/11/16

Los atentados de Delhi y la doble estrategia islámica

Esto escribía B. Kisan el pasado 9 de noviembre en el sitio Faith Freedom:

Matanza de civiles en Delhi - ¿Quién la hizo y por qué?

El pasado sábado, alrededor de las 6 de la tarde, explotaron en Delhi varias bombas, matando a más de 60 personas e hiriendo a centenares.
La primera explosión se produjo en el Bazar Principal de Pahar Ganj, junto a un mercado de hortalizas. Estaba programada para la hora en que el mercado recibe mayor afluencia de mujeres que acuden a hacer la compra. Esta bomba se cobró cerca de quince vidas.
Minutos después, en Sarojini Nagar, unas 40 personas fueron víctimas mortales del estallido de una bomba en un establecimiento de comida rápida. La detonación de otra bomba en un autobús mató a varios civiles más, y afortunadamente otro autobús fue evacuado luego de que uno de los pasajeros señalara al conductor un paquete sospechoso, que hizo explosión cuando ya el vehículo estaba vacío.
En un primer momento nadie reivindicó los atentados, pero sí lo hizo al día siguiente un grupo poco conocido, el autodenominado Islami Inqilabi Mahaz o “Grupo Revolucionario Islámico”.
Entre las muchas y diversas variedades de yihadistas se encuentran multitud de nombres y subgrupos, pero todas tienen en común una ideología intolerante y criminal que brota del islam. Al margen de lo que digan los expertos que hablan en la televisión sobre Al-Qaeda, la Jamaa-islamiya, etc., y sobre sus estructuras organizativas, sus jefaturas y sus seguidores, todos esos grupos no representan sino nomenclaturas temporales del islam radical. El islam radical es la ideología que alimenta la creación de esos grupos y sus acciones.
El valiente humanista de Bangladesh Humayan Azad escribió con brillantez y clarividencia sobre este fenómeno antes de sufrir un intento de degollación a manos de asesinos islámicos.
En el caso de los atentados de Delhi, el objetivo de los terroristas es obligar al gobierno de la India a ceder Cachemira a los musulmanes.
En 1947 la India se escindió sobre la base de la teoría de las dos naciones, propagada por líderes musulmanes que exigían un estado separado allí donde los musulmanes fueran mayoría. Aunque en Cachemira había mayoría musulmana, su soberano hindú optó por la permanencia en la India, y a pesar de varias guerras ésa sigue siendo la situación de gran parte del territorio.
Fundamentalistas islámicos, alentados y ayudados por los servicios de inteligencia del Pakistán, llevaron a cabo una campaña terrorista de limpieza étnica que logró su objetivo, eliminando a cientos de miles de pandits hindúes del valle de Cachemira. (...)
Se manifiesta así la doble estrategia islámica: estando en minoría exigir igualdad de derechos y pluralismo, estando en mayoría imponer el islam y negar la igualdad de derechos; y en las regiones de población mayoritariamente musulmana bajo un gobierno no musulmán, desencadenar una insurrección violenta (como en el sur de Tailandia y de Filipinas) con miras a la limpieza étnica de la población de religión minoritaria. No hay que retroceder más allá de los últimos quince días para encontrar ejemplos: 1) tres colegialas cristianas decapitadas en Indonesia; 2) un monje de 76 años degollado en el ataque a un templo budista.
Al adquirir la independencia en 1947, el Pakistán tenía un 10 % de población hindú; ahora es un 1,6 %. En el Pakistán oriental (ahora Bangladesh) la proporción era un 28 % y se ha reducido a un 10 %. El artículo al que remite el enlace explica el mecanismo por el que se ha operado esa reducción de la población minoritaria, y del que apenas llegan noticias a los grandes medios de comunicación occidentales. (...)

El artículo completo en su versión original inglesa, aquí.

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