2006/04/17

El odio bien visto

Con tan certero título publica hoy el diario digital mexicano La Crónica este breve y contundente artículo de Pablo Hiriart:

París.- La noticia fue primera plana en toda Europa: el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, anunció con bombos y platillos que científicos de su gobierno habían logrado enriquecer uranio, paso indispensable para construir armas atómicas.
Apenas se dio a conocer la información, jóvenes integrantes de la milicia islámica salieron a las calles de Teherán para repartir, a manera de festejo, pasteles y naranjas a los transeúntes que coreaban felices el grito de ¡Alá es el más grande! “El riesgo está en que ante la amenaza de los (musulmanes) radicales, los gobiernos europeos busquen alguna alianza con los moderados”, escribía el miércoles en estas páginas Fernando Escalante.
Claro, el articulista de Crónica no se refería en específico al anuncio iraní que cimbró a la comunidad de inteligencia y a los altos círculos políticos de occidente, sino a la “Declaración de los Musulmanes Europeos”, escrita por Mustafá Ceric, el principal dirigente islámico de Bosnia y muy apreciado por los gobiernos europeos por su talante “moderado”.
Entre lo mucho que Ceric pide “a nombre de los musulmanes europeos”, está que la ley islámica sea reconocida, particularmente en la legislación familiar. Es decir, piden una jurisdicción distinta, con derechos distintos y sancionados por la autoridad de los ulemas, apunta Escalante.
Así es. Nada menos. Los “moderados” quieren establecer sus propias leyes, emanadas del Corán, para que rijan en el continente de Voltaire y de Spinoza. Ése es, pues, el riesgo. Que ante la amenaza radical se acabe pactando con los “moderados”, que son esencialmente la misma cosa.
Para unos y para otros, la sharia —la ley islámica— está por encima de todas las leyes promulgadas por los seres humanos.
Un sector de la izquierda europea ve con muy buenos ojos el avance islámico en el viejo continente y hasta subsidian a centenares de organizaciones musulmanas para apoyar la idea de una Europa multicultural y promover el “diálogo de civilizaciones”.
Blair y Bush, por conveniencias políticas, también han caído en la trampa de los “moderados” islámicos.
Sucede que “los regímenes reaccionarios de oriente próximo (con Arabia Saudita a la cabeza) han conseguido convencer a Estados Unidos de que el único mal que hay que combatir es el del terrorismo que procede del fundamentalismo islámico. La ceguera de Estados Unidos le impide ver que justamente esos regímenes y la clase religiosa que los mantiene en el poder son copartícipes del fanatismo”.
Así lo apunta Ayaan Irsi Alí, diputada holandesa nacida en Somalia en 1969, que vive oculta porque está amenazada de muerte por grupos islámicos, luego de producir con el cineasta Theo van Gogh la película Submission.
A él, como se recordará, lo asesinaron a puñaladas y luego lo remataron a tiros en una calle de Amsterdam hace dos años.
Irsi Alí acaba de publicar un libro que sin duda aumentará su riesgo personal: Yo acuso. Defensa de la emancipación de las mujeres musulmanas. En él rebate la idea de que el Islam esté secuestrado por el terrorismo: “está secuestrado por sí mismo”, por aplicar de manera literal, en el siglo XXI, el texto escrito por el profeta Mahoma para la sociedad tribal del siglo VII.
¿Qué multiculturalismo se defiende entonces en Europa?
¿Qué diálogo de civilizaciones será posible?
¿Qué veneración tiene hacia el islamismo la prensa de izquierda en países como el nuestro?
El problema no está en el fundamentalismo: está en el Islam. Éste engendra al primero, afirma la diputada nacida en Mogadiscio.

Lean el resto aquí.

Etiquetas: , , , ,