2007/05/27

Los vellos del Profeta y el agua de sus pies

"El mensajero de Dios (Paz y bendiciones sobre él) fue un hombre sensacional, respetado por todos los que lo conocían. Su rostro brillaba como la luna llena. Era un hombre de estatura mediana, ni muy alto, ni muy bajo. Tenía una cabeza grande y su cabello era ondulado. Si tenía el cabello largo, lo dividía, de lo contrario, su cabello no pasaba los lóbulos de las orejas en circunstancias normales. Tenía un color rosado saludable.

"Su frente era ancha. Sus cejas estaban prolijas naturalmente, y no estaban unidas. Había una vena entre sus cejas que se hinchaba cuando se enfadaba. Su nariz era recta y tenía brillo especial. Tenía una barba tupida y suaves mejillas. Su boca era grande. Tenía bigotes. Sus dientes estaban espaciados. Su cuello era similar al de un muñeco, y tenía un color blanco plateado. Su contextura era moderada y fuerte. Su abdomen y su pecho estaban al mismo nivel. Su pecho y sus hombros eran anchos. Sus articulaciones eran de buen tamaño. Su piel era blanca. Tenía vellos desde el esternón hasta el ombligo. No había vellos en su pecho, pero sus brazos y hombros eran velludos. Sus antebrazos eran grandes y también las palmas de sus manos. Sus manos y pies eran cortos, y sus dedos tenían un largo moderado. Sus pies eran planos y suaves; debido a la suavidad de sus pies, no se acumulaba el agua en ellos. Caminaba con pasos largos y elegantes; levantaba los pies en lugar de arrastrarlos. Cada vez que se volteaba, lo hacía con el cuerpo entero [en lugar de voltear sólo la cabeza]. Bajaba su mirada en todo momento. Eran más las veces que miraba el suelo que el cielo. A menudo daba vistazos rápidos a las cosas [en lugar de mirarlas fijamente]. Ofrecía sus saludos a los demás antes de que lo saludaran a él.

"El profeta (Paz y bendiciones sobre él) parecía estar triste casi todo el tiempo, y meditaba profundamente. Nunca descansaba del todo, y nunca hablaba a menos que fuera necesario. Cada vez que hablaba, comenzaba y terminaba sus frases con el nombre de Dios. Hablaba claro con significado, pronunciando sólo frases precisas y certeras. Sus frases eran muy decisivas; nadie podía distorsionar sus palabras. Era muy amable y cariñoso. Nunca insultaba a otras personas. Era agradecido por todas las bendiciones que Dios le había otorgado, sin importar lo minúsculas que parecieran; nunca menospreciaba nada. No criticaba la comida. Nunca se preocupaba por asuntos mundanos. Si una persona sufría una injusticia, se enojaba mucho. Su enojo no cesaba hasta tanto le restituyeran su derecho a esa persona. No se enojaba si la víctima de la injusticia era él, ni tampoco buscaba venganza. Cuando señalaba, lo hacía con la mano entera; cuando se sorprendía, volteaba rápidamente la mano. Cuando el profeta (Paz y bendiciones sobre él) hablaba, daba pequeños golpes en su mano derecha con su pulgar izquierdo. Cuando se enfadaba, daba vuelta a la cara, y cuando estaba complacido y feliz, bajaba la mirada. Sus risas eran más bien sonrisas. Cuando sonreía, sus dientes parecían perlas."

Transidos de emoción hemos corregido los errores ortográficos de este panegírico, lo que esperamos que nos agradezcan los autores de la página de origen. De nada, chicos. ¿Dónde hay que ir para convertirse?

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2 Comments:

At 12:52 a. m., Anonymous Anónimo said...

Y cuando al profeta le molaba una niña de 9 años se casaba con ella, aunque no se la pasaba por la piedra hasta que cumplía los 12. Y cuando una ciudad no se convertía a su mensaje de paz y amor ordemaba a sus hombres pasarla a cuchillo, por intransigentes...

Sí, sí, paz y bendiciones sobre él, que falta le hacían...

 
At 2:26 a. m., Blogger Hombre Cotidiano said...

Yo también he quedado transido de emoción. No se si Aisha haya sentido la misma emoción al contemplar semejante enfermo encima suyo.

 

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