2006/02/17

Paz y amor para el siglo XXI

Veamos cómo es esa divinidad a la que supuestamente rezan todos los que rezan, la Deidad a la que se ha de orientar el ecumenismo avanzado del nuevo siglo. Empezaremos oyendo sus instrucciones para la yihad en el Corán -recuerden que quien habla no es Mahoma, sino la Deidad misma-; transcribimos una selección en la traducción española de Cortés, sustituyendo su “Dios” por “Alá”.

Combatid por Alá contra quienes combatan contra vosotros, pero no os excedáis. Alá no ama a los que se exceden. Matadlos donde deis con ellos, y expulsadlos de donde os hayan expulsado. Tentar es más grave que matar. No combatáis contra ellos junto a la Mezquita Sagrada, a no ser que os ataquen allí. Así que, si combaten contra vosotros, matadlos: ésa es la retribución de los infieles. (C 2:190-191)

Combatid contra ellos hasta que dejen de induciros a apostatar y se rinda culto a Alá. Si cesan, no haya más hostilidades que contra los impíos. El mes sagrado por el mes sagrado. Las cosas sagradas caen bajo la ley del talión. Si alguien os agrediera, agredidle en la medida que os agredió. (C 2:193-194)

Se os ha prescrito que combatáis, aunque os disguste. Puede que os disguste algo que os conviene y améis algo que no os conviene. Alá sabe, mientras que vosotros no sabéis. Te preguntan si está permitido combatir en el mes sagrado. Di: “Combatir en ese mes es pecado grave. Pero apartar del camino de Alá –y negarle- y de la Mezquita Sagrada y expulsar de ella a la gente es aún más grave para Alá, así como tentar es más grave que matar”. Si pudieran, no cesarían de combatir contra vosotros hasta conseguir apartaros de vuestra fe. Las obras de aquéllos de vosotros que apostaten de su fe y mueran como infieles serán vanas en la vida de acá y en la otra. Ésos morarán en el Fuego eternamente. Quienes creyeron y quienes dejaron sus hogares, combatiendo esforzadamente por Alá, pueden esperar la misericordia de Alá. (C 2:216-217)

¡Combatid por Alá y sabed que Alá todo lo oye, todo lo sabe! (C 2:244)

Y cuando dejaste por la mañana temprano a tu familia para asignar a los creyentes sus puestos de combate. Alá todo lo oye, todo lo sabe. Cuando dos de vuestras tropas proyectaron abandonar, a pesar de ser Alá su Amigo. ¡Que los creyentes confíen en Alá! Alá, ciertamente, os auxilió en Badr cuando erais humillados. ¡Temed a Alá! Quizás, así, seáis agradecidos. Cuando decías a los creyentes: “¿No os basta que vuestro Señor os refuerce con tres mil ángeles enviados abajo? ¡Pues sí! Si tenéis paciencia y teméis a Alá, si os acometen así de súbito, vuestro Señor os reforzará con cinco mil ángeles provistos de distintivos”. Alá no lo hizo sino como buena nueva para vosotros y para que, con ello, se tranquilizaran vuestros corazones –la victoria no viene sino de Alá, el Poderoso, el Sabio-, para despedazar a los que no creían o derrotarlos y que regresaran, así decepcionados. (C 3:121-127)

Si sufrís una herida, otros han sufrido una herida semejante. Nosotros hacemos alternar esos días entre los hombres para que reconozca Alá a quienes crean y tome testigos de entre vosotros –Alá no ama a los impíos-, para que pruebe Alá a los creyentes y extermine a los infieles. O ¿creéis que vais a entrar en el Jardín sin que Alá haya sabido quiénes de vosotros han combatido y quiénes han tenido paciencia? (C 3:140-142)

¡Qué de profetas ha habido, junto a los cuales combatieron muchas miríadas, y no se descorazonaron por los reveses padecidos por Alá, no flaquearon, no cedieron! (C 3:146)

Alá ha cumplido la promesa que os hizo cuando, con Su permiso, les vencíais, hasta que, por fin, flaqueasteis, discutisteis sobre el particular y desobedecisteis, después de haberos Él dejado ver la victoria que queríais.-De vosotros unos desean la vida de acá y otros desean la otra vida-. Luego, hizo que os retirarais de ellos para probaros. Ciertamente, os ha perdonado. Alá dispensa su favor a los creyentes. Cuando subíais sin preocuparos de nadie, mientras que el Enviado os llamaba a retaguardia. Os atribulaba una y otra vez para que no estuvierais tristes por lo que se os había escapado ni por lo que os había ocurrido. Alá está bien informado de lo que hacéis. Luego, pasada la tribulación, hizo descender sobre vosotros seguridad: un sueño que venció a algunos de vosotros. Otros, en cambio, preocupados tan sólo por su suerte y pensando de Alá equivocadamente, a la manera de los paganos, decían: “¿Tenemos nosotros algo que ver con esto?” Di: “Todo está en manos de Alá”. Ocultan para sí lo que no te manifiestan. Dicen: “Si hubiera dependido de nosotros, no habríamos tenido muertos aquí”. Di: “También, si os hubierais quedado en casa, la muerte habría sorprendido en sus lechos a aquéllos de quienes ya estaba escrita. Alá ha hecho esto para probar lo que hay en vuestros pechos y purificar lo que hay en vuestros corazones. Alá sabe bien lo que encierran los pechos”. Si algunos de los vuestros huyeron el día que se encontraron los dos ejércitos, fue porque el Demonio les hizo caer por alguna culpa que habían cometido. Pero Alá les ha perdonado ya. Alá es indulgente, benigno. ¡Creyentes! ¡No seáis como quienes no creen y dicen de sus hermanos que están de viaje o de incursión: “Si se hubieran quedado con nosotros, no habrían muerto o no les habrían matado”! ¡Haga Alá que les pese eso en sus corazones! Alá da la vida y da la muerte. Alá ve bien lo que hacéis. Y si sois muertos por Alá o morís de muerte natural, el perdón y misericordia de Alá son mejores que lo que ellos amasan. Si morís de muerte natural o sois muertos, seréis, sí, congregados hacia Alá. (C 3:152-158) [Cortés: “Alusión a un incidente de la batalla de Úhud: los arqueros musulmanes, codiciosos de botín, abandonaron sus puestos, circunstancia que aprovecharon los mecanos para atacar y sembrar la confusión”.]

¡Cómo, cuando os sobreviene una desgracia, después de haber infligido el doble de aquélla, decís aún: “¿De dónde viene esto?”! Di: “De vosotros mismos”. Alá es omnipotente. Y lo que os pasó el día que se encontraron los dos ejércitos fue porque lo permitió Alá y para que supiera quiénes eran los creyentes y quiénes los hipócritas. Se les dijo: “¡Vamos! ¡Combatid por Alá o rechazad!” Dijeron: “Si supiéramos combatir, os seguiríamos”. (C 3:165-167) [Cortés: “En la batalla de Badr los musulmanes infligieron a los infieles doble número de pérdidas (setenta muertos y setenta prisioneros) que las que ellos sufrirían un año más tarde en Úhud (setenta muertos)”.]

¡Creyentes! ¡Tened cuidado! ¡Acometed en destacamentos o formando un solo cuerpo! (C 4:71)

¡Que quienes cambian la vida de acá por la otra combatan por Alá! A quien, combatiendo por Alá, sea muerto o salga victorioso, le daremos una magnífica recompensa. ¿Por qué no queréis combatir por Alá y por los oprimidos –hombres, mujeres y niños-, que dicen: “¡Señor! ¡Sácanos de esta ciudad, de impíos habitantes! ¡Danos un amigo designado por Ti! ¡Danos un auxiliar designado por Ti!”? Quienes creen, combaten por Alá. Quienes no creen, combaten por los taguts. Combatid, pues, contra los amigos del Demonio. ¡Las artimañas del Demonio son débiles! ¿No has visto a aquéllos a quienes se dijo: “¡Deponed las armas! ¡Haced la azalá y dad el azaque!”? Cuando se les prescribe el combate, algunos de ellos tienen tanto miedo de los hombres como deberían tener de Dios, o aún más, y dicen: “¡Señor! ¿Por qué nos has ordenado combatir? Si nos dejaras para un poco más tarde...” Di: “El disfrute de la vida de acá es poco. La otra vida es mejor para quien teme a Alá. No se os tratará injustamente en lo más mínimo”. (C 4:74-77)

¡Combate, pues, por Alá! Sólo de ti eres responsable. ¡Anima a los creyentes! Puede que Alá contenga el ímpetu de los infieles. Alá dispone de más violencia y es más terrible en castigar. (C 4:84)

Querrían que, como ellos, no creyerais, para ser iguales que ellos. No hagáis, pues, amigos entre ellos hasta que hayan emigrado por Alá. Si cambian de propósito, apoderaos de ellos y matadlos donde los encontréis. No aceptéis su amistad ni auxilio, a menos que sean aliados de gente con la que os una un pacto, o que vengan a vosotros con el ánimo oprimido por tener que combatir contra vosotros o contra su propia gente. Si Alá hubiera querido, les habría dado poder sobre vosotros y habrían combatido contra vosotros. Si se mantienen aparte, si no combaten contra vosotros y os ofrecen someterse, entonces no tendréis justificación ante Alá contra ellos. Hallaréis a otros que desean vivir en paz con vosotros y con su propia gente. Siempre que se les invita a la apostasía, caen en ella. Si no se mantienen aparte, si no os ofrecen someterse, si no deponen las armas, apoderaos de ellos y matadlos donde deis con ellos. Os hemos dado pleno poder sobre ellos. (C 4:89-91)

¡Creyentes! Cuando acudáis a combatir por Alá, cuidado no digáis al primero que os salude: "¡Tú no eres creyente!", buscando los bienes de la vida de acá. Alá ofrece abundantes ocasiones de obtener botín. (C 4:94)

Los creyentes que se quedan en casa, sin estar impedidos, no son iguales que los que combaten por Alá con su hacienda y sus personas. Alá ha puesto a los que combaten por Alá con su hacienda y sus personas un grado por encima de los que se quedan en casa. A todos, sin embargo, ha prometido Alá lo mejor, pero Alá ha distinguido a los combatientes por encima de quienes se quedan en casa con una magnífica recompensa, con el rango que junto a Él ocupan, con perdón y misericordia. (C 4:95-96)

Los infieles son para vosotros un enemigo declarado. Cuando estés con ellos y les dirijas la azalá, que un grupo se mantenga de pie a tu lado, arma en mano. Cuando se hayan prosternado, que vayan atrás y que otro grupo que aún no haya orado venga y ore contigo. ¡Que tengan cuidado y no dejen las armas de la mano! Los infieles querrían que descuidarais vuestras armas e impedimenta para echarse de improviso sobre vosotros. No hay inconveniente en que dejéis a un lado las armas si la lluvia os molesta o estáis enfermos , pero ¿tened cuidado! Alá ha preparado un castigo humillante para los infieles. (C 4:101-102)

No dejéis de perseguir a esa gente. (C 4:104)

Retribución de quienes hacen la guerra a Alá y a Su Enviado y se dan a corromper en la tierra: serán muertos sin piedad, o crucificados, o amputados de manos y pies opuestos, o desterrados del país. Sufrirán ignominia en la vida de acá y terrible castigo en la otra. Quedan exceptuados quienes se arrepientan antes de caer en vuestras manos. (C 5:33-34)

¡Creyentes! ¡Temed a Alá y buscad el medio de acercaros a Él! ¡Combatid por Su causa! (C 5:35)

Te preguntan por el botín. Di: "El botín pertenece a Alá y al Enviado". (C 8:1)

Y cuando Alá os prometió que uno de los dos grupos caería en vuestro poder y deseasteis que fuera el inerme, cuando lo que Alá quería era hacer triunfar la Verdad con Sus palabras y extirpar a los infieles, para hacer triunfar la Verdad y aniquilar lo falso, a despecho de los pecadores. (C 8:7)

Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: "Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad, pues, a los que creen! Infundiré terror en los corazones de quienes no crean. ¡Cortadles el cuello, pegadles en cada dedo!" (C 8:12)

¡Creyentes! Cuando os encontréis con los infieles marchando, ¡no les volváis la espalda! Quien ese día les vuelva la espalda -a menos que sea que se destaque para acudir a otro combate o para incorporarse a otra tropa- incurrirá en la ira de Alá y tendrá la gehena por morada. ¡Qué mal fin...! No erais vosotros quienes los mataban, era Alá Quien los mataba. Cuando tirabas, no eras tú quien tiraba, era Alá Quien tiraba, para hacer experimentar a los creyentes un favor venido de Él. (C 8:17)

Combatid contra ellos hasta que dejen de induciros a apostatar y se rinda todo el culto a Alá. (C 8:39)

Sabed que, si obtenéis algún botín, un quinto corresponde a Alá, al Enviado y a sus parientes, a los huérfanos, a los pobres y al viajero [...]. (C 8:41)

¡Que no crean los infieles que van a escapar! ¡No podrán! ¡Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería que podaís para amedrentar al enemigo de Alá y vuestro y a otros fuera de ellos, que no conocéis pero que Alá conoce! (C 8:59-60)

¡Profeta! ¡Anima a los creyentes al combate! Si hay entre vosotros veinte hombres tenaces, vencerán a doscientos. Y si cien, vencerán a mil infieles, pues éstos son gente que no comprende. (C 8:65)

Cuando hayan transcurrido los meses sagrados, matad a los asociadores dondequiera que los encontréis. ¡Capturadlos! ¡Sitiadlos! ¡Tendedles emboscadas por todas partes! Pero si se arrepienten, hacen la azalá y dan el azaque, entonces ¡dejadlos en paz! (C 9:5)

¡Combatid contra ellos! Alá les castigará a manos vuestras y les llenará de vergüenza, mientras que a vosotros os auxiliará contra ellos, curando así los pechos de gente creyente y desvaneciendo la ira de sus corazones. Alá se vuelve hacia quien Él quiere. (C 9:14-15)

¿Vais a comparar al que da de beber a los peregrinos y cuida del mantenimiento de la Mezquita Sagrada con el cree en Alá y en el último Día y lucha por Alá? No son iguales para Alá. Alá no dirige al pueblo impío. Quienes creyeron, emigraron y lucharon por Alá con su hacienda y sus personas tienen una categoría más elevada junto a Alá. Ésos son los que triunfan. (C 9:19-20)

¡Combatid contra quienes, habiendo recibido la Escritura, no creen en Alá ni en el último Día, ni prohíben lo que Alá y Su Enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo directamente! (C 9:29)

¡Y combatid todos contra los asociadores como ellos también combaten todos contra vosotros! (C 9:36)

¡Creyentes! ¿Qué os pasa? ¿Por qué, cuando se os dice: "¡Id a la guerra por la causa de Alá!", permanecéis clavados en tierra? ¿Preferís la vida de acá a la otra? Y ¿qué es el disfrute de la vida de acá comparado con la otra, sino poco...? Si no vais a la guerra, os infligirá un doloroso castigo. Hará que otro pueblo os sustituya, sin que podáis causarle ningún daño. Alá es omnipotente. (C 9:38-39)

¡Id a la guerra, tanto si os es fácil como si os es difícil! ¡Luchad por Alá con vuestra hacienda y vuestras personas! (C 9:41)

¡Profeta! ¡Combate contra los infieles y los hipócritas y sé duro con ellos! (C 9:73)

Los dejados atrás se alegraron de poder quedarse en casa en contra del Enviado de Alá. Les repugnaba luchar por Alá con su hacienda y sus personas y decían: "No vayáis a la guerra con este calor". Di: "El fuego de la gehena es aún más caliente". Si entendieran... ¡Que rían, pues, un poco! Ya llorarán, y mucho, como retribución de lo que han cometido. Si Alá vuelve a llevarte a un grupo de ellos y te piden permiso para ir a la guerra, di: "¡No iréis nunca conmigo! ¡No combatiréis conmigo contra ningún enemigo! Preferisteis una vez quedaros en casa. ¡Quedaos, pues, con los que se quedan atrás!" ¡No ores nunca por ninguno de ellos cuando muera, ni te detengas ante su tumba! No han creído en Alá y en Su Enviado y han muerto en su perversidad. (C 9:81-84)

Alá ha comprado a los creyentes sus personas y su hacienda, ofreciéndoles, a cambio, el Jardín. Combaten por Alá: matan o les matan. Es una promesa que Le obliga, en verdad, contenida en la Tora, en el Evangelio y en el Corán. Y ¿quién respeta mejor su alianza que Alá? ¡Regocijaos por el trato que habéis cerrado con Él! ¡Ése es el éxito grandioso! (C 9:111)

Los medineses y los beduinos que acampan a su alrededor no deben quedarse a la zaga del Enviado de Alá ni preferir el bienestar propio al de él. Si lo hacen así, no padecerán sed, ni fatiga, ni hambre por Alá. Todo suelo que pisen, para irritación de los infieles, y toda ventaja que obtengan sobre el enemigo, serán inscritos como obra buena. Alá no deja de remunerar a quienes hacen el bien. (C 9:120)

¡Creyentes! ¡Combatid contra los infieles que tengáis cerca! ¡Que os encuentren duros! (C 9:123)

No obedezcas, pues, a los infieles y lucha esforzadamente contra ellos, por medio de él. (C 25:52)

Alá sabe quiénes son, entre vosotros, los que levantan obstáculos y los que dicen a sus hermanos: "¡Venid a nosotros!", pero sin mostrar gran ardos para combatir. (C 33:18)

Alá despidió a los infieles llenos de ira, sin que consiguieran triunfar. Alá evitó el combate a los creyentes. Alá es fuerte, poderoso. Hizo bajar de sus fortalezas a los de la gente de la Escritura que habían apoyado a aquéllos. Sembró el terror en sus corazones. A unos matasteis, a otros los hicisteis cautivos. Os ha dado en herencia su tierra, sus casas, sus bienes y un territorio que nunca habíais pisado. Alá es omnipotente. (C 33:25-27)

¡Profeta! Hemos declarado lícitas para ti a tus esposas, a las que has dado dote, a las esclavas que Alá te ha dado como botín de guerra, a la hijas de tu tío y tías paternos y de tu tío y tías maternos que han emigrado contigo y a toda mujer creyente, si se ofrece al Profeta y el Profeta quiere casarse con ella. Es un privilegio tuyo, no de los otros creyentes -ya sabemos lo que hemos impuesto a estos últimos con respecto a sus esposas y esclavas-, para que no tengas reparo. Alá es indulgente, misericordioso. Puedes dejar para otra ocasión a la que de ellas quieras, o llamar a ti a la que quieras, o volver a llamar a una de las que habías separado. No haces mal. Esto contribuye a su alegría, a evitar que estén tristes y a que todas ellas estén contentas con lo que tú les des. (C 33:50-51)

Cuando sostengáis, pues, un encuentro con los infieles, descargad los golpes en el cuello hasta someterlos. Entonces, atadlos fuertemente. Luego, devolvedles la libertad, de gracia o mediante rescate, hasta que cese la guerra. (C 47:4)

¡No flaqueéis, pues, invitando a la paz, ya que seréis vosotros los más fuertes! Alá está con vosotros y no dejará de premiar vuestras obras. (C 47:35)

Alá os ha prometido mucho botín, del que os apoderaréis. (C 48:20)

¿Este es el dios del resto del mundo que cree en algún dios? ¿Y por qué los propagandistas musulmanes de "la religión de la paz" desmienten, con sus "ecuménicas" llamadas, la nítida distinción que establece inequívocamente su libro sagrado entre quienes creen y no creen en el mensaje transmitido por Mahoma? Nos lo deberían explicar.

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