2006/03/31

Vista a Berbería

Llamada de atención sobre el continuo avance del islamismo en los países del Magreb en este notable artículo de Marcos R. Pérez González, "Nueva percepción del islamismo en el Magreb, ¿está Europa preparada para hacerle frente?".

Pero quien después de leerlo quiera aliviar la preocupación puede darse una vuelta por el País de las Hadas Eurocomunitarias, en visita guiada por don José Borrell: la Europa lunática, aquí.

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2006/03/26

La Casa de la Tregua

¡Albricias, el sitio Coranix vuelve a existir! Lo celebramos, le deseamos larga vida y seguimos consultándolo. Bajo el título “La casa oculta del islam” resumieron en esta página el artículo “El islam, el Corán, el islamismo”, que el teólogo Arnaud de Foucauld había publicado en 2002, a raíz del 11-S. Extractamos lo que sigue, dando en letra menor una selección de los comentarios de Coranix y en letra de tamaño normal las citas de Foucauld.

(...) Con el artículo de Arnaud de Foucauld vamos a abordar una de las numerosas “caras ocultas” del islam, esa que los musulmanes llaman “Dar el Sulh”. Es la “tercera casa del islam”, aquella de la que no se habla nunca, o muy poco. Sin embargo, es una de las claves de la yihad, la guerra de conquista que los musulmanes desarrollan desde siempre contra el mundo entero.
Hemos mencionado ya las otras dos “casas” (Dar al Islam, casa del islam, y Dar al Harb, casa de la guerra), pero debemos prestar especial atención a esta “casa oculta”, porque esta casa... ¡es la nuestra!
La obra de la que está sacado este artículo se titula “Chronique de l’année 2001”. Ha sido escrita bajo la dirección de Bruno Larebière con la colaboración de Michel Marmin. Éditions Chronique-Dargaud, s.a. Depósito legal: enero de 2002 – ISBN: 2205-05317-5.

La crisis desencadenada por los atentados del 11 de septiembre reclama una reflexión simple y tomas de posición rápidas. Cualesquiera que sean esas tomas de posición, debemos suspender todo juicio, que estaría falseado por la urgencia y la dramatización. La primerísima pregunta que se plantea en todas partes es la de la guerra santa, la de la yihad. ¿Es una herejía de fanáticos? ¿Es un mandamiento del Corán? De la respuesta a esta pregunta dependen el carácter del terrorismo y las respuestas que se le puedan dar. ¿Qué dice el Corán? Vamos a citar algunas suras, según la traducción de R. Khawan (Éditions Maisonneuve et Larose, 1990). Esta traducción está hecha a partir del texto considerado “oficial” por las autoridades religiosas de El Cairo.

“Los creyentes que se quedan en casa -salvo los enfermos- no tienen el mismo rango que los que despliegan todos sus esfuerzos en la vía de Dios, utilizando su hacienda y su persona en la guerra santa... Dios ha reservado una recompensa muy grande a quienes despliegan todos sus esfuerzos para la guerra santa.” (C 4:95)

“Dios ha comprado a los creyentes sus personas y su hacienda, reservándoles a cambio el Paraíso. Combaten en la vía de Dios. Matan a los enemigos y son muertos por ellos. Es una promesa verdadera, hecha por Dios en la Torá, el Evangelio y el Corán.” (C 9:111)

“¡Oh los que habéis creído! ¡Combatid contra los incrédulos que están en territorio adyacente al vuestro! Que encuentren en vosotros rigor.” (C 9:123)

Es interesante oponer a estas citas una declaración del señor Chouraqui en el Figaro del 19 de septiembre: “La palabra yihad significa ‘esfuerzo’, esfuerzo para realizar la Alianza. Es justamente lo contrario de lo que nos proponen los islamistas. No hay ni puede haber guerra santa. La palabra yihad ha sido tergiversada, y el esfuerzo que el creyente debe hacer consiste ante todo en integrar en su vida los valores de amor de la Alianza, los de los diez mandamientos, ¡no la guerra!”.

El señor Chouraqui conoce a fondo el Corán, mejor que el autor de estas líneas; pero el sentido común caro a Descartes es también una guía muy segura. Cuando se da a la palabra “yihad” el sentido primero de esfuerzo por cumplir mandamientos no se puede hacer de ello un argumento para negar la guerra santa. De hecho, tan pronto como se proclama la yihad en alguna parte, en Afganistán, en Pakistán o donde sea, mil millones de musulmanes comprenden de inmediato que se trata de la guerra santa. Es verdad que el Corán contiene muchas afirmaciones breves y desprovistas de explicación. Así, para la guerra santa no se precisa si se trata de ataque o de legítima defensa. Sólo cabe recordar las guerras de conquista de los califas y de los sultanes. Cabe recordar también que el propio Mahoma tuvo tanto de caudillo de guerra como de profeta, legitimando lo uno por lo otro. Cabe recordar, en fin, la matanza de los judíos de Medina hacia el año 627.

Volvamos a releer el Corán. “Hay para vosotros un modelo perfecto en la persona de Abraham y en los que estaban con él, cuando dijeron a su pueblo: Somos inocentes de la manera en que os conducís y de lo que adoráis, ajeno a Dios. Hemos renegado de vosotros. Ha aparecido entre vosotros y nosotros la hostilidad y la aversión para siempre, a menos que creáis en Dios solo.” (C 60:4). Es muy posible que el Corán contemple una vida apacible, fraternal y caritativa en el seno de la comunidad musulmana. Pero en las fronteras de esa comunidad la cosa es muy distinta.
(...)

Más adelante, escribe Coranix, el artículo de Foucauld define

los “tres estados diferenciados” de la comunidad islámica en el mundo. Son las famosas “casas”. Encontramos aquí la definición precisa de la “casa oculta”, la que corresponde a las regiones del mundo en las que los musulmanes, considerándose demasiado débiles para imponer su voluntad, transigen con los poderes constituidos mientras llega el momento de pasar a la ofensiva.

En la práctica, ¿cómo aclarar el problema sin entrar en críticas históricas o teológicas cuya duración indefinida no se corresponde para nada con la situación actual? El Atlas des religions editado por Perrin-Mame en 1999 nos ofrece una pista (p. 93). Señalemos que esta obra, firmada entre otros por Khattar Abou Diab, del Centre de l’Orient Contemporain, y Sari Ali Hajjedine, del Institut Musulman de París, no se puede considerar ni hostil ni extraña al espíritu del islam.

Más allá de las fronteras, los musulmanes tienen conciencia de formar una sola comunidad, la Umma, que recuerda este versículo del Corán: “Sois la mejor comunidad que haya surgido entre los hombres. Ordenáis el bien, prohibís el mal, creéis en Dios” (C 3:10 ¿Buen ejemplo de integrismo?). Pues bien, nos dice el Atlas des religions que esta comunidad única conoce tres estados diferenciados:

1. La Casa del Islam (Dar al Islam). En estas regiones el islam es mayoritario, tiene el poder político y aplica las reglas y leyes del Corán. Ejemplo: Arabia Saudita. Aquí no se tolera la menor crítica de la enseñanza de Mahoma ni se puede expresar ninguna otra concepción filosófica o religiosa.

2. La Casa de la Guerra (Dar al Harb). Son los países donde el islam se encuentra lo bastante fuerte para lanzarse a la conquista del poder. Ejemplos: Sudán o Mindanao en Filipinas. En estos países la guerra santa está a la orden del día, haya sido proclamada o no.

3. La Casa de la Tregua (Dar el Sulh). En estas regiones los musulmanes, demasiado débiles, pactan con los poderes constituidos y observan las leyes de éstos.

Normalmente, los moderados se colocan por delante en la Casa de la Tregua (Dar el Sulh) y los integristas dirigen la Casa de la Guerra (Dar al Harb). En la Casa del Islam (Dar al Islam) las autoridades religiosas se erigen en guardianas de la unidad de la comunidad, tranquilas e intransigentes. Esta distinción de las Tres Casas puede ayudarnos a entender que los integristas dejen la palabra a los moderados en situación de debilidad o en caso de derrota, mientras que Arabia Saudita puede a la vez desmarcarse oficialmente del terrorismo y financiar discretamente a Bin Laden. De la misma manera, Yasser Arafat puede aparentar que busca la paz y distribuir entre los escolares libros de geografía donde se niega la existencia del estado de Israel. Todos, moderados, integristas y terroristas, se encuentran en la peregrinación a La Meca y están fundamentalmente de acuerdo. Y todo el mundo es absolutamente sincero, al menos tanto como nuestros diplomáticos.

Comenta Coranix:

La palabra “tregua” está bien escogida. Una tregua es una pausa en las hostilidades. Para los occidentales es una pausa que permite buscar una solución pacífica. Para los mahometanos es sobre todo una pausa que permite reorganizarse para vencer. Basta remitirse a la historia, muy real, del “profeta” para saber que jamás respetó una sola tregua. Fue incluso gracias a una “tregua” (hudna) concluida cuando estaba en posición de debilidad como logró aplastar la ciudad de La Meca dos años más tarde, tan pronto como acabó de reorganizarse y pasó a ser el más fuerte. Buen ejemplo de lo que cabe esperar de personas que reconocen abiertamente a Mahoma como su “bello modelo”...
No olvidemos que el Corán ordena (47:35): “No invitéis a los infieles a la paz cuando sois más fuertes que ellos y Dios está con vosotros”.

Por lo demás, el análisis de Arnaud de Foucauld (...) demuestra cómo los “moderados” les hacen el juego a los integristas adormeciendo a las autoridades políticas y religiosas de los territorios codiciados.
Un método de adormecimiento que utilizan los musulmanes consiste en no utilizar la expresión casa de la tregua, en la que los no musulmanes podrían llegar a recelar intenciones belicosas. A Dar el Sulh ciertos propagandistas prefieren la expresión mucho más anodina Dar ad-Da’wa, “casa de la predicación” o “casa del testimonio”.
Es destacadamente el caso de Tariq Ramdán, como explica Paul Landau en su libro Le Sabre et le Coran: “(Tariq Ramadán) toma prestada esta expresión del jeque Faysal Maoulaoui, vicepresidente del Consejo Europeo de Fetuas, quien explica que ‘estamos [los musulmanes] en una casa de da’wa, como estaban el Profeta y los musulmanes en La Meca antes de la hégira. La Meca no era ni dar al-islam ni dar al-harb, sino que era dar ad-da’wa, y toda la Península Arábiga era, a los ojos de los musulmanes, dar ad-da’wa'.
Este concepto remite así, como siempre en la doctrina islamista, al período del Profeta, considerado modelo y fuente de inspiración para toda la historia de la humanidad. La significación de este concepto es que los musulmanes de Occidente están hoy en la situación en que se encontraba el Profeta en La Meca: para ellos se trata de extender el mensaje del islam por medios pacíficos. Esta referencia al período mecano se justifica por la situación minoritaria de los musulmanes: no estando en condiciones de imponer el islam por la fuerza de las armas, deben contentarse con propagarlo por medios no militares, esto es, por la da’wa. En cualquier caso, no se trata simplemente de hacer proselitismo religioso: el objetivo final sigue siendo, en efecto, la conquista del poder, obsesión del movimiento islamista de los Hermanos Musulmanes.”

Europa es un ejemplo típico de “casa de la tregua”. Es el espacio territorial que los musulmanes codician desde el siglo VIII de nuestra era, y que no siempre han renunciado a reconquistar. Ídem de la parte de Asia que todavía se les escapa.
¡Y la tregua puede no ser muy larga!
Porque es verdad que el “choque de civilizaciones” existe y no para de causar estragos. (...)
Palabras del ministro Michel Barnier a propósito del secuestro de dos periodistas franceses en Irak: “Este secuestro es incomprensible, habida cuenta de que se trata de la sociedad francesa (...). Es incomprensible porque mi país siempre ha rechazado el choque entre el islam y Occidente...”
Aparte de las explicaciones que da Arnaud de Foucauld, hay que reconocer que esta forma banal de negacionismo reside, como no nos cansamos de repetir, en el desconocimiento de la cultura arábigo-musulmana y de ese libro diabólico que es el Corán. Es lo que Arnaud de Foucauld acaba diciendo en su párrafo de conclusión, al hablar de nuestra “ignorancia de las otras comunidades humanas”.

Porque en los países musulmanes no se puede hablar por separado de religión, de cultura y de política. El islam es unitario: un Dios, un Profeta, un Libro, una Ley que es a la vez religiosa, política y social. Esa unidad, sin embargo, es difícil de ver: es flexible, informal. Desprovisto de clero y de dogmas, prohibiendo las imágenes sagradas, el islam no da imagen de sí mismo. En la crisis actual, no podremos saber jamás si estamos frente a una minoría, si se trata de una guerra de religión o de una lucha entre pobres y ricos, entre una tradición antigua y absoluta y un progreso que duda de sí mismo. Será siempre un poco de todo eso. Cuando nuestro ministro de asuntos exteriores desea “evitar un choque de civilizaciones” (Figaro del 17/09 [de 2001]), no expresa un deseo, niega un hecho.

¿Por qué esa negación tan extendida entre nosotros, sostenida confusamente por religiosos, intelectuales, políticos? Es que es muy posible que aceptar al otro tal como es sea más difícil de lo que se dice. En L’Illusion économique, Emmanuel Todd escribe: “Tenemos que reconocer la existencia, en el corazón del ser humano, de un programa de negación de la realidad capaz de generar la ilusión necesaria para la vida” (p. 380). Y la confrontación con el islam nos obliga a pensar en las elecciones que hacemos sin formularlas ni expresarlas. Todd subraya aquí, siguiendo a Freud, que el inconsciente ignora su propia muerte. ¿La ignorancia voluntaria es un refugio en el inconsciente que utilizamos con demasiada facilidad para nuestra comodidad y nuestros placeres? La fuerza de los creyentes del islam está en mirar a la muerte de frente, como antiguamente nuestros antepasados cristianos. “La vida en el mundo de aquí abajo no es más que juego y distracción. Para los piadosos es un bien a la vista de la morada de los Últimos Fines. ¿No lo comprendéis?” (C 6:32)

Ésa es una de las conclusiones del Corán. Los terroristas nos ofrecen ejemplos que nos revuelven. Pero ¿somos capaces de reflexionar sobre ello sin recurrir al tópico del fanatismo? Si la respuesta es no, jamás entenderemos el islam, y todas nuestras llamadas a la tolerancia no serán más que camelo, palabrería de viajante de comercio. Los pueblos del islam merecen algo mejor.

En cuanto a nosotros, los “occidentales”, nuestra inconsciencia de lo que somos condiciona nuestra ignorancia de las otras comunidades humanas, y el resultado puede ser la ruina total de nuestra civilización, a pesar de las apariencias de un triunfo mundial.

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Abdul Rahman y nosotros

Se pregunta Rafael L. Bardají en el ABC de hoy de qué habrá servido nuestra presencia en Afganistán si hemos de asistir a la condena a muerte de un afgano por preferir el cristianismo a Mahoma, y eso nos preguntamos muchos otros en España: "Afganistán ha dejado de ser para los españoles un lugar remoto y desconectado. Hay españoles que han muerto por ayudar a los afganos a liberarse del yugo del islamismo radical y hay sangre española en tierras de Herat por la misma buena causa. ¿De qué habría valido su sacrificio garantizando un proceso electoral si al final es la sharía lo que se impone?". Lean aquí el oportuno artículo.

Se ha puesto en marcha una petición internacional por la liberación de Abdul Rahman, que dice más o menos esto:


Petición en favor de Abdul Rahman, ciudadano de Afganistán

Los abajo firmantes, en favor del Sr. Abdul Rahman, ciudadano de la República Islámica de Afganistán,

considerando que los Estados Unidos de América y una coalición de naciones amantes de la libertad sacrificaron vidas y haciendas para apartar del poder al anterior gobierno de Afganistán;

considerando que Afganistán fue liberado de un régimen autoritario y se le dio oportunidad de establecer una república pacífica, libre y democrática;

considerando que el artículo 2, 2) de la recientemente adoptada Constitución de la República Islámica de Afganistán establece la libertad de religión y de expresión religiosa;

considerando que en su Preámbulo la Constitución de la República Islámica de Afganistán suscribe la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que en su artículo 18 establece el derecho individual a convertirse de una religión a otra;

considerando, en fin, que la clara intención de la adopción de dichas medidas en la nueva Constitución de la República Islámica de Afganistán no fue otra que la de garantizar los derechos humanos individuales, la libertad de religión y la libertad de conciencia, derechos que no se respetaron bajo el régimen talibán;

ante el Presidente de la República de Afganistán Hamid Karzai, el Presidente de los Estados Unidos George W. Bush, todos los miembros de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, todos los miembros del Senado de los Estados Unidos, todos y cada uno de los funcionarios del Departamento de Estado de los Estados Unidos, el Secretario General de las Naciones Unidas, a los dirigentes de todas las naciones miembros de las Naciones Unidas:

resuelven manifestar su protesta por la detención y el procesamiento del Sr. Abdul Rahman por el supuesto “delito” de convertirse del islam al cristianismo, punible con la muerte; solicitan y demandan del Presidente Hamid Karzai y las autoridades de gobierno de la República Islámica de Afganistán que el Sr. Rahman sea inmediatamente puesto en libertad, absuelto y exonerado de conformidad con los antedichos principios constitucionales; e igualmente solicitan y demandan de las autoridades del Gobierno y el Congreso de los Estados Unidos de América, el Secretario General de las Naciones Unidas y los gobernantes de todas las demás naciones miembros, que ejerzan toda la presión diplomática posible sobre la República Islámica de Afganistan para alcanzar la pronta consecución de dicho fin.

La firma, aquí.

PD.- El tribunal desiste, pero la religión de la paz no se va a quedar así como así. Si es que son la luz del mundo, está visto.

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2006/03/21

La amenaza islamista según Antoine Sfeir

El libanés Antoine Sfeir, uno de los firmantes del reciente Manifiesto contra el nuevo totalitarismo, habla con extraordinaria claridad y lucidez en la entrevista que hoy publica ABC. Para Sfeir el islamismo es comparable al estalinismo y el nazismo; comparable sólo que mucho peor, diríamos aquí. No dejen de leerlo.

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2006/03/19

Qué habría hecho Mahoma con los autores de las viñetas

Cada día los sucesos de la ofensiva islamista mundial ofrecen nuevas ocasiones de desmentir la historieta del islam pacífico y tolerante; y, a la inversa, de demostrar la ortodoxia del integrismo agresivo. Muchas buenas gentes andan haciendo ese servicio a la verdad en la red; desdichadamente no podemos traducir aquí ni la centésima parte de lo que nos gustaría poner a disposición del lector de habla española. Pero también es hacer algo mostrar dónde están las cosas, y hoy nos contentamos con eso, reproduciendo aquí los enlaces de un análisis muy oportuno que ha publicado el sitio Answering Islam a propósito del asunto de las viñetas. Lectores de inglés, allá va:

En primer lugar el artículo de James M. Arlandson "Los pacíficos no-asesinatos de burladores por parte de Mahoma", que denuncia cómo distintos portavoces de la comunidad islámica tergiversaron la historia fundacional del islam en sus comentarios acerca de la "crisis de las viñetas" en los grandes medios de comunicación estadounidenses (y, lo que es menos explicable, incluso un supuesto crítico del extremismo islámico como Amir Taheri): aquí, y en versión más extensa ("El Club de los Poetas Muertos de Mahoma") aquí.

Y en segundo lugar, la lista de material complementario que indica Arlandson:

"Vayan aquí para ver las viñetas [y una estupenda selección de fotos de las protestas, añadimos nosotros, bajo el título "El islamismo imita al arte"].

Aquí hay un archivo de muy diversos artículos sobre la representación gráfica de Mahoma.

Este artículo brinda varios enlaces a las protestas y actos de violencia. Ahora se ha puesto precio a la cabeza de los dibujantes. ["¿Está el islam por encima de críticas?", por Al-Maqdesi y Solomon].

En este artículo se contraponen las reacciones de Jesús y de Mahoma a insultos y amenazas ["Insultar y amenazar a Jesús y a Mahoma", por James M. Arlandson].

Este artículo sostiene que Occidente debe preservar y proteger su libertad de expresión, con independencia de que la sharía (ley islámica) niegue esa libertad ["Los críticos de Mahoma y cómo murieron", por James M. Arlandson].

Este breve análisis habla de las semejanzas que hay entre los asesinatos de los primeros tiempos del islam y los de hoy ["¡Asombrosas similitudes entre asesinatos antiguos y modernos!", por Syed Kamran Mirza].

Este análisis examina las muchas causas del asesinato de periodistas e intelectuales en varios países islámicos, y especialmente en Argelia; pero le falta remontarse hasta su origen primero, esto es, el propio Mahoma ["Muchas causas tras los asesinatos de periodistas e intelectuales argelinos", por Elie Chalala].

Este artículo irónico enumera cinco pilares "alternativos" del islam. El tercero incluye el asesinato ["Cinco pilares del islam político", por el iraní Amir K. Sheibany].

En noviembre de 2004 Theo van Gogh fue asesinado por un musulmán porque el descendiente del hermano del famoso artista había hecho una película en la que aparecía una mujer musulmana que había sido obligada a casarse por la fuerza, maltratada por su marido y violada por un tío. Estos dos artículos examinan el asesinato del cineasta Theo van Gogh a la luz de los asesinatos de los primeros tiempos del islam: aquí ["Asesinar a los críticos del islam: las esclavas y Theo van Gogh", por Silas] y aquí ["Los asesinos de Mahoma y la intimidación en el islam: el asesinato de Theo van Gogh", por Samuel Green]."

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2006/03/17

El totalitarismo islámico

El ensayo "El totalitarismo islámico en el Corán", de Enrique de Diego, es un claro y documentado repaso que disipa muchas vaguedades sobre la realidad histórica y doctrinal de la ideología islámica; sentimos no haber podido recomendarlo antes. De lectura urgente, aquí.

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2006/03/13

El Día de la Mujer en Teherán


Gracias a Barcepundit llegamos a estos cuatro vídeos de la concentración del Día de la Mujer en Teherán, violentamente disuelta por la policía. Es importante verlos, 1-2-3-4, y difundirlos, para que los iraníes sepan que al menos en la blogosfera miramos hacia ellos y queremos oírles. (El sitio que ha publicado los vídeos, recién creado y para nosotros desdichadamente ininteligible, lleva el muy elocuente nombre en inglés Knowmeplease, "Conózcame por favor". Que dure.)

Nuestra entrada anterior sobre el tema, aquí.

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2006/03/11

España, Año III de la Era Tenebrosa

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2006/03/10

El Corán manda aterrorizar

Ya lo sabíamos, pero es un paso de suma importancia el que ha dado un representante elegido de la Hermandad Musulmana, el parlamentario egipcio Ragab Hilal Hamida, al explicar con pelos y señales que el terrorismo no sólo no está prohibido en el islam, sino que es mandato de Alá a sus fieles. El inequívoco testimonio lo ha recogido Memri (aquí en inglés; dentro de pocos días es de esperar que publiquen la traducción al español aquí), y un buen resumen puede leerse hoy mismo en Nuevo Digital (¡enhorabuena!).

Frente a la burda pero machacona mentira de "El islam, religión de paz", hay que alegrarse de que Hamida haya abierto el melón de "llamar a las cosas por su nombre". La violencia ejercida por los musulmanes, terrorismo incluido, es buena y santa, porque el islam manda espantar al enemigo. Lo que "todas las religiones prohíben" es "matar a ciudadanos musulmanes". Eso es crimen, pero lo contrario es obligación.

No dejen de leerlo; es vital.

PD.- La FEERI persiste en la cantinela habitual.

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2006/03/09

"El islamismo como herramienta de cambio político"

Interesante presentación en Powerpoint.

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2006/03/04

El movimiento gay ni está ni se le espera

El sitio del italiano Enrico Oliari, que por lo que se ve es un homosexual-ciudadano-normal, o sea, lo opuesto a nuestras locas subvencionadas por el erario público, es un buen lugar de reflexión para izquierdosos proislamistas. Ante todo les instaríamos a leer –con un poco de atención hasta ellos pueden entenderlo- el documentado artículo de Carlo Tatti sobre la persecución de homosexuales en los países islámicos. El propio Oliari da esta lista de sanciones penales de la homosexualidad:

Arabia Saudita: Pena de muerte.
Argelia: Hasta 3 años de reclusión y multa.
Bahrain: Recientemente se ha empezado a aplicar la ley islámica, pero el artículo 337 prevé la deportación y hasta 10 años de reclusión.
Bangladesh: Cadena perpetua.
Chechenia: Pena de muerte.
Djibuti: Reclusión.
Egipto: No hay disposición legal específica; por atentado contra la moral pública, entre 1 y 5 años de reclusión y trabajos forzados.
Emiratos Árabes Unidos: Pena de muerte según el código penal federal. Hasta 14 años de prisión en Abu Dhabi; hasta 10 años en Dubai.
Irán: Hombres, pena de muerte. Menores, 74 latigazos. Mujeres, 100 latigazos.
Jordania: Reclusión.
Kenya: De 5 a 14 años de prisión.
Kuwait: Hasta 7 años de reclusión.
Libia: De 3 a 5 años de prisión.
Malasia: Hasta 20 años de prisión y multa.
Marruecos: De 6 meses a 3 años de prisión y multa.
Mauritania: Desde la implantación de la sharía, pena de muerte.
Nigeria: Pena de muerte (por derrumbamiento de un muro sobre el reo).
Omán: De 6 meses a 1 año de prisión.
Pakistán: 100 latigazos o muerte por lapidación.
Qatar: Hasta 5 años de prisión.
Senegal: De 1 a 5 años de prisión y multa.
Siria: Hasta 3 meses de prisión.
Somalia: De 3 meses a 3 años de prisión.
Sudán: Entre 100 latigazos y pena de muerte.
Túnez: Hasta 3 años de prisión.
Uzbekistán: Hasta 3 años de prisión.
Yemen: Pena de muerte.

Y el ilustrativo “caso Mohammed”:

(AGI) Turín, 3 de febrero de 2005 – A pesar de encontrarse en Italia en situación “irregular”, un joven senegalés se ha librado de la expulsión decretada por la Jefatura de Policía de Turín por ser declaradamente homosexual, lo que en su país le acarrearía hasta 5 años de cárcel. El joven se ha beneficiado de la sentencia favorable de un juez de paz de la capital piamontesa, con una providencia que especifica que no es posible la expulsión porque en su país de origen la homosexualidad se castiga con la cárcel.

Libero, 5 de febrero de 2005

El derecho italiano abre los ojos a la barbarie
por Angelo Pezzana

“Si me declarase gay en Senegal arrostraría de uno a cinco años de cárcel”, ha declarado Mohammed, el joven senegalés que ha conseguido el permiso de residencia en Turín después de que la sentencia de la juez de paz Giuliana Bologna le permitiera acogerse a la ley Bossi-Fini sobre la inmigración. Mohammed ya no será enviado a Senegal, donde ser homosexual comporta sanciones gravísimas. Podrá construirse una vida legítima en nuestro país, donde hace tiempo que tiene un compañero italiano. Sin embargo, su identidad real permanece oculta porque, como ha recalcado, con sus compatriotas ha compartido casa y trabajo pero nada más. Si supieran que es gay podrían denunciarle en Senegal, donde también su familia sería incriminada por “no haberle sabido educar”, y podría llegar incluso a repudiarle.

El doble rasero occidental
Pero gran parte de la opinión pública italiana, envuelta en una keffiyah sofocante, está demasiado absorta en sostener a los “resistentes” iraquíes contra los “ocupantes” angloamericanos y en distinguir entre “guerrilleros” y terroristas para enterarse de lo que ocurre en los países islámicos, donde expresiones como la de “derechos civiles” no significan nada. Mohammed se lo ha tenido que explicar con detalle a la juez de paz. En Dakar bastaba vestir de manera extraña para ser muerto a palos. El prejuicio está difundido “a todos los niveles”, ha declarado, “y es aún más fuerte entre los inmigrantes”. Y no será que en Italia falte información de los países árabes musulmanes. Al menos desde la primera guerra del Golfo, hace quince años, vivimos anegados en artículos de prensa sobre Oriente Medio; lástima que en gran parte sean favorables a una “gran civilización” amenazada por los malvados “capitalistas” occidentales. Ni Lilli Gruber ni Giulietto Chiesa -por citar sólo dos nombres- se han tomado jamás la molestia de ir a comprobar el estado de los derechos civiles en Iraq cuando reinaba Saddam. Mucho mejor criticar a las “fuerzas de ocupación”: no se corren riesgos y siempre es posible ganarse un escaño en el parlamento europeo.

Israel y la tutela de los diferentes
Sucede lo mismo dentro del movimiento gay, demasiado absorto en desfilar junto a los grupos antiglobalización por la Palestina libre, sin percatarse de que en los cuarenta años de la dictadura de Arafat los Mohammeds homosexuales siempre buscaron refugio en la vecina Israel, donde la democracia del Estado hebreo jamás ha discriminado contra sus ciudadanos gays. Pero esa es la tragedia de la izquierda italiana, constreñida por la obediencia ideológica a no ver la realidad, a deformarla, a ocultarla. ¿Servirá de enseñanza el caso Mohammed? Lo dudamos, si hay que juzgar por la obsesión antiamericana que la embarga a toda hora. Obsesión que, por otra parte, no es sino rechazo de la modernidad. De ahí quizá la atracción por sociedades que es poco calificar de retrasadas. Tras la escandalosa sentencia del juez Forleo en Milán, alegra que otro juez en Turín haya dictado una sentencia equilibrada. Que más allá de eso la historia de Mohammed abra los ojos a quien los quiere tener cerrados es harina de otro costal.

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2006/03/01

El Manifiesto contra el nuevo totalitarismo

Las prisas nunca fueron buenas. Vale esto no sólo por la precipitación con que quisimos dar en este blog el manifiesto de Ali et al., en condiciones que impedían acompañarlo de los debidos enlaces, sino también y en primer lugar por el manifiesto mismo. Véanse aquí el texto en inglés publicado por el Jyllands-Posten, y aquí una acertada crítica del Brussels Journal, con interesantes comentarios. Nuestra traducción:

Manifiesto: Juntos frente al nuevo totalitarismo

Tras haber derrotado al fascismo, al nazismo y al estalinismo, el mundo afronta ahora una nueva amenaza totalitaria a escala global: el islamismo.

Nosotros, escritores, periodistas, intelectuales, llamamos a la resistencia frente al totalitarismo religioso y a la defensa de la libertad, la igualdad de oportunidades y los valores seculares para todos.

Los sucesos que recientemente han seguido a la publicación de dibujos de Mahoma en periódicos europeos han revelado la necesidad de luchar por esos valores universales. Esta lucha no se ganará con las armas, sino en el campo de las ideas. No es a un choque de civilizaciones ni a un antagonismo entre Occidente y Oriente a lo que estamos asistiendo, sino a una lucha global que enfrenta a demócratas y teócratas.

Como todos los totalitarismos, el islamismo se nutre de miedos y frustraciones. Los predicadores del odio apuestan por esos sentimientos para formar batallones destinados a imponer un mundo liberticida y antiigualitario. Pero nosotros declaramos con claridad y firmeza que nada, ni siquiera la desesperación, justifica la elección del oscurantismo, el totalitarismo y el odio. El islamismo es una ideología reaccionaria que acaba con la igualdad, con la libertad y con el secularismo allí donde se hace presente. Su triunfo sólo puede conducir a un mundo de dominación: la dominación del hombre sobre la mujer, la dominación de los islamistas sobre todos los demás. Para evitarlo es necesario que aseguremos derechos universales para los oprimidos y los discriminados.

Rechazamos el "relativismo cultural", que consiste en aceptar que los hombres y las mujeres de cultura musulmana vivan privados del derecho a la igualdad, la libertad y los valores seculares en nombre del respeto a culturas y tradiciones. Nos negamos a renunciar a nuestro espíritu crítico por temor a ser acusados de "islamofobia", un concepto desafortunado que confunde la crítica del islam en cuanto religión con la estigmatización de sus creyentes.

Abogamos por la universalidad de la libertad de expresión, de modo que el espíritu crítico pueda ser ejercido en todos los continentes, contra todos los abusos y todos los dogmas.

Apelamos a los demócratas y a los espíritus libres de todos los países para que nuestro siglo sea un siglo de ilustración y no de oscurantismo.

Ayaan Hirsi Ali
Chahla Chafiq
Caroline Fourest
Bernard-Henri Lévy
Irshad Manji
Mehdi Mozaffari
Maryam Namazie
Taslima Nasreen
Salman Rushdie
Antoine Sfeir
Philippe Val
Ibn Warraq

Abundando en lo señalado por el Brussels Journal, se puede afirmar que este manifiesto se mueve en una ambigüedad calculada, sin aclarar a qué se refiere exactamente al hablar de "islamismo", ni por qué hay que considerar que el totalitarismo islámico sea nada nuevo, ni por qué unos intelectuales mayoritariamente laicos ponen tanto cuidado en mostrar deferencia a los "creyentes" (believers) en la doctrina de Mahoma obviando la falta de libertad religiosa que es norma en los países musulmanes. Precisamente hasta la "crisis de las viñetas" se nos exhortaba continuamente a no confundir al terrorismo islámico con el "islam moderado" que teóricamente profesaría la mayor parte de los musulmanes. Ahora cabe preguntarse si el "islam moderado" es el que se ha echado a la calle en tantos lugares del mundo para incendiar, matar y amenazar so pretexto de sentimientos heridos por algo tan nimio como una docena de dibujitos. ¿Es el islamismo el que se ha dedicado a la quema de embajadas, o es el islam tal cual? No nos lo aclara este Manifiesto, que tampoco se presenta abierto a nuevas firmas, pero entre cuyos firmantes hay uno, Irshad Manji, de quien leemos que se declara a favor de la libertad de expresión basándose ¡en el propio Corán! ¿Qué hará Ibn Warraq en semejante compañía?

En fin, esperemos que los haya mejores.

PD.- El Manifiesto se ha puesto a la firma aquí (formulario en la columna de la derecha, abajo).

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